China prevé extender el uso de etanol carburante a todo su territorio, según un proyecto gubernamental presentado este miércoles y que se enmarca en la voluntad de Pekín de reforzar su lucha anticontaminación y de buscar posibilidades para sus colosales excedentes de maíz.
Está previsto “apoyar de aquí a 2020 el uso de etanol carburante en el conjunto del país y asegurar una cobertura máxima completa” reforzando las capacidades de la industria de los biocarburantes, según el documento divulgado por el poderoso órgano de planificación económica (NDCR), en cooperación con la administración de Energía que lo publica en su página web.
Los biocarburantes están relegados al mínimo en China, primer mercado automovilístico mundial, donde representan apenas el 1% del volumen de productos petroleros consumidos.
Posteriormente, “antes de finales de 2025, (el país) deberá emplearse en producir a gran escala etanol a base de celulosa (materia vegetal) y a mejorar sus tecnologías” para “alcanzar los estándares internacionales”, agrega el texto.
El objetivo es favorecer las reducciones de emisiones de gases de efecto invernadero para reducir la contaminación atmosférica en las grandes ciudades chinas, pero también “emplear mejor las producciones agrícolas caducadas o excedentarias”.
El etanol puede fabricarse a partir de sacarosa (caña de azúcar, remolacha) pero también de maíz. China posee un excedente colosal de maíz en reserva, evaluado en más de 200 millones de toneladas.
Una gran parte de las cosechas en el norte y el nordeste de China son tradicionalmente compradas a los cultivadores por órganos estatales, en particular para mantener los precios.
China revisó a la baja sus previsiones de cosecha de maíz para 2017/18, pero las autoridades buscan maneras de agotar los gigantescos excedentes nacionales, de calidad a menudo inferior y que se deterioran con el tiempo.
A largo plazo, China tiene en el punto de mira otros ingredientes además del maíz para los biocarburantes. “China produce anualmente más de 400 millones de desechos vegetales procedentes de la paja o de la silvicultura, el 30% del cual podría utilizarse para producir 20 millones de toneladas de biocarburante”, explica la Administración de la Energía.
Actualmente, el consumo chino de biocarburantes alcanza los 2,6 millones de toneladas anuales. China es el tercer país productor -aunque sigue lejos detrás de Estados Unidos y Brasil- y espera aumentar su producción a 4 millones de toneladas antes de finales de 2020.