Una musulmana, de la minoría malaya, se convirtió este miércoles en la primera mujer presidenta de Singapur, un hecho empañado por las críticas a su ascensión sin elección a este cargo, generalmente honorífico en el archipiélago del sudeste asiático.
Halimah Yacob, que utiliza velo, fue presidenta del Parlamento, donde también fue la primera mujer en ocupar ese puesto. Accedió de forma automática a la función suprema después de que sus dos posibles rivales fueran eliminados por no cumplir los criterios establecidos, según las autoridades.
Uno de los criterios prevé que los candidatos procedentes del sector privado tienen que justificar tres años de trabajo dirigiendo una empresa con un capital de al menos 500 millones de dólares de Singapur (310 millones de euros, 370 millones de dólares), lo que no era el caso de los otros dos candidatos.
Calificada automáticamente con su mandato de diputada, Yacob, de 63 años, fue elegida presidenta del Parlamento en 2013. En agosto renunció al cargo para dedicarse a la campaña presidencial.
El jefe del ejecutivo es el primer ministro Lee Hsien Loong, miembro del Partido de Acción Popular (PAP), en el poder desde 1959.
Es la primera vez asimismo que la presidencia recae en manos de un miembro de la comunidad malaya, tras la reforma de la Constitución en 2016 para garantizar que los representantes de las diferentes comunidades étnicas puedan acceder a la jefatura del Estado. La comunidad china es la etnia mayoritaria.