El Senado de Estados Unidos aprobó el lunes un presupuesto de 700.000 millones de dólares para defensa, un sustancial aumento en relación al de 2017 y casi 5% más de lo que el presidente Donald Trump solicitó.
Parte del presupuesto se destinará a la compra de nuevos aviones de combate F-35, buques y tanques M1 Abrams, así como un incremento del 2,1% en el salario de militares. También autoriza cerca de 5.000 millones de dólares para las fuerzas de seguridad en Afganistán, incluida la integración de mujeres en la defensa nacional de ese país.
Otros 8.500 millones de dólares serán para reforzar la defensa antimisiles de Estados Unidos, con 630 millones de dólares por encima de lo solicitado como base por Trump, en tiempos de fuertes tensiones con Corea del Norte por sus pruebas balísticas y nucleares.
Asimismo se destinarán 60.000 millones en fondos para la guerra, conocidos como Operaciones de Contingencia en el Extranjero, y un aumento de los militares que se enlistan a 7.000.
La Cámara de Representantes aprobó su versión del presupuesto en julio y ahora ambas cámaras deberán unificar sus propuestas.
En total, se subió 91.000 millones de dólares al presupuesto aprobado en 2011.
La legislación también financia programas de seguridad europeos con aliados de Estados Unidos, argumentando que disuaden actividades rusas “maliciosas”.