Cuatro menores de entre 7 y 15 años murieron en Yemen en un nuevo bombardeo atribuido a los rebeldes hutíes, efectuado contra un barrio de la ciudad de Taiz (suroeste), indicó el martes un responsable local.
El viernes, tres niños de entre 6 y 12 años, dos de los cuales estaban jugando al fútbol, fueron abatidos, mientras que otros nuevo resultaron heridos, por los disparos de mortero en esa misma ciudad, la tercera de Yemen, asediada por los rebeldes hutíes.
El lunes por la noche, el bombardeó alcanzó Al Jamliya, uno de los barrios más antiguos de Taiz, en el este de la ciudad, precisó a la AFP un responsable local.
El domingo, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) reaccionó al primer bombardeo, que acabó con la vida de tres niños, afirmando que “no podemos cerrar los ojos ante el número creciente de civiles heridos o muertos en ataques indiscriminados”.
Por su parte, la organización Human Rights Watch (HRW) recordó el lunes que Taiz estaba pagando un “alto tributo” en este conflicto, marcado por presuntos “numerosos crímenes de guerra”.
Además, lamentó que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, reunido en Ginebra, no haya llegado a un acuerdo hasta la fecha para abrir una investigación internacional independiente sobre las violaciones de la ley de la guerra en Yemen.
Por su parte, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos instó el martes en un comunicado a las partes a la “prudencia” y a “abandonar los ataques ciegos” que no distinguen entre objetivos militares y civiles.
El conflicto enfrenta desde hace tres años a rebeldes hutíes, aliados del expresidente Ali Abdalá Saleh y que controlan principalmente el norte de Yemen, contra las fuerzas progubernamentales, ayudadas por Arabia Saudita, reagrupadas principalmente en el sur.
Desde marzo de 2015, el conflicto ha dejado unos 8.400 muertos y 48.000 heridos y provocado una grave crisis humanitaria, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). El balance incluye tanto a combatientes como a civiles.