Se había percatado de que usted mismo no puede hacerse cosquillas. Esto es uno de los grandes misterios de la mente humana.
Es increíble que si usted se hace cosquillas no siente nada, pero si cuando se lo hace otra persona, no puede evitar la risa.
¿Cuál es el motivo?
“Nos lleva a esas preguntas más grandes sobre la conciencia y la autoconciencia, sobre quiénes somos”, dice George van Doorn de la Universidad Monash, en Australia.
Cada vez que nos movemos, creamos sensaciones potencialmente confusas, que nos pueden hacer perder el rumbo de muchas formas distintas. Ser capaces de diferenciar entre nuestros movimientos y las acciones de otra gente es una parte básica de nuestra conciencia sobre nosotros mismos y de nuestros actos, aspectos de la psiquis que ni los más sofisticados robots pueden replicar.
Varios científicos han tratado de explicar por qué motivo no sentimos cosquillas si nos las hacemos nosotros mismos. Incluso, han tratado de engañar al cerebro. En un estudio a cada participante se le dio unas gafas que le permitían ver a otra persona haciéndose cosquillas pero se trataba de ellos mismos.
Sin embargo, llegaron a la conclusión que tenían que realizar estos engaños para poder lograrlo, por lo que no era correcto.
La respuesta
Al final, varios especialistas comentaron que la estimulación táctil auto-generada se atenúa porque internamente el sistema sensorial predice las sensaciones que van a producirnos nuestros movimientos en el mismo momento en que el sistema motor da la orden de ejecutarlos. Si no hay “sorpresa”, tampoco hay cosquillas.
Fuente: BBC Mundo y Muy Interesante.