El jefe máximo del ELN, Nicolás Rodríguez, ordenó a esa guerrilla suspender “todo tipo de acciones ofensivas” en Colombia a partir de este domingo, como parte del alto al fuego temporal y recíproco pactado con el gobierno.
El líder rebelde, también conocido como Gabino, dio la instrucción a sus tropas de acatar el compromiso suscrito con los delegados del presidente Juan Manuel Santos el 4 de septiembre en Quito, sede de las negociaciones de paz que iniciaron en febrero.
“Les ordeno a todas las tropas a lo largo y ancho del territorio nacional, cesar todo tipo de actividades ofensivas para cumplir cabalmente con el cese bilateral del fuego”, dijo el líder insurgente en un video difundido por la agrupación guevarista en su cuenta de Youtube.
El acuerdo, que comenzará a regir a las 00H00 locales del domingo (05H00 GMT), estará en vigor hasta el 9 de enero, aunque las partes acordaron examinar una eventual prórroga.
Es la primera vez que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) se compromete a suspender sus acciones de forma recíproca desde que se levantó en armas el 4 de julio de 1964. Antes, ya había suspendido sus acciones de forma unilateral y por cortos períodos de tiempo.
La orden de Gabino llega al término de una semana de ataques a la infraestructura petrolera y a la fuerza pública que dejaron un militar muerto y derrames de crudo en los departamentos de Norte de Santander y Arauca, fronterizos con Venezuela.
Los militares atribuyeron las acciones al ELN, la guerrilla más fuerte que queda activa en Colombia tras el desarme y transformación en partido político de las FARC, otrora la fuerza rebelde más antigua y poderosa del continente y que selló la paz en noviembre de 2016.
El cese al fuego supone el mayor avance en las difíciles negociaciones de Quito, con las que el gobierno de Santos busca terminar de extinguir un conflicto de 53 años que deja unos 7,5 millones de víctimas entre muertos, desaparecidos y desplazados.
Además de a las FARC y el ELN, el conflicto ha involucrado a militares y policías, narcotraficantes y grupos paramilitares de ultraderecha.
– Lealtad a prueba –
Flanqueado por las banderas de Colombia y de la guerrilla, Rodríguez apareció en una zona montañosa, sentado frente a una mesa donde reposaban un fusil, una computadora portátil y un radioteléfono.
Varios guerrilleros con el rostro cubierto escoltaban a Gabino mientras se dirigía a los mandos de la organización, que según cifras oficiales cuenta con unos 1.500 combatientes.
“No tengo ninguna duda de su lealtad para cumplir este compromiso hasta las últimas consecuencias”, dijo Rodríguez a sus tropas.
El compromiso alcanzado en Quito prevé que el ELN, además de suspender el enfrentamiento con los agentes del Estado, cese los secuestros, los ataques a los oleoductos y agresiones a la población civil.
De su lado, el gobierno se comprometió a mejorar las condiciones carcelarias de los presos del ELN y a fortalecer la protección a líderes sociales, blanco de ataques que dejan unos 190 muertos desde enero de 2016, según la Defensoría del pueblo, ente que vela por los derechos humanos en Colombia.
Más temprano, las partes dejaron listos los protocolos del cese al fuego, según un comunicado conjunto.
Un mecanismo conformado por la ONU, el gobierno, los rebeldes y la Iglesia católica verificará sobre el terreno el cumplimiento del pacto.
El componente internacional será el encargado de facilitar el entendimiento entre guerrilla y gobierno ante eventuales desacuerdos.
Analistas han advertido sobre el desafío que supondrá para el ELN el cumplimiento de este compromiso sin precedentes. A diferencia de las FARC, la organización guevarista tiene una estructura federada en la que han aflorado diferencias sobre los diálogos de paz.