A nadie, o al menos a la mayoría de personas no nos gusta perder, al contrario…el ser humano desde la infancia busca ganar. Sin embargo, en la vida real no siempre vamos a resultar ganadores, y eso nos puede hacer sentir frustrados, ansiosos e incluso tristes; pero en realidad, si esa es nuestra actitud, no nos hemos dado cuenta de la gran oportunidad que tenemos para aprender y evolucionar, cada vez que “perdemos”. Eso sí, como siempre lo he dicho, todo depende de nuestra actitud.
Los expertos aseguran que se debe enseñar desde niños a “perder”, a tener alta tolerancia a la frustración y a demostrarles cómo seguir adelante, porque en realidad eso es lo que pasa en la vida. Y esto va desde perder un examen en el colegio, hasta perder a un ser querido; obviamente no podemos comparar, son cosas muy diferentes, pero en ambas situaciones perdemos, y debemos enfrentarlo.Recordemos que:
- Las cosas que nos suceden no nos definen, pero sí lo hace la manera en la que las afrontamos.
- Aprender a perder nos permite comprender que para tener éxito, a veces hay que fracasar.
- Levantarse otra vez y aprender de las circunstancias es algo muy valioso. Esa es fortaleza y sabiduría.
Como siempre lo he dicho, y de hecho lo creo firmemente, la vida es un proceso de aprendizaje…y la clave de la felicidad es disfrutarse el proceso, disfrutar el presente. Al “perder”, nos hacemos más sabios, trascendemos porque algo aprendemos. Y en esos precisos momentos en los que creemos que ya no podemos más, están las oportunidades de aprender y crecer.
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