El Consejo de Seguridad de la ONU decidió el jueves por unanimidad que su misión en Colombia verificará también la tregua temporaria iniciada hace pocos días con el ELN, la última guerilla activa de Latinoamérica.
El cese al fuego bilateral, que comenzó el 1 de octubre y culminará el 9 de enero, tiene lugar tras un acuerdo de paz histórico con la guerrilla de las FARC y podría abrir el camino a una paz completa tras más de medio siglo de conflicto armado en Colombia.
La misión de Naciones Unidas que verifica en Colombia la reinserción de guerrilleros de las FARC a la vida civil estará ahora también a cargo de monitorear junto a la Iglesia católica y a representantes de ambas partes el cese al fuego con el Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista), que tiene unos 1.500 combatientes.
También deberá “prevenir incidentes a través de una mejor coordinación entre las partes y la resolución de desacuerdos”, según la resolución presentada por Gran Bretaña.
“Sabemos que esto es solo el comienzo”, dijo el embajador británico Matthew Rycroft al Consejo tras la votación, y destacó que el organismo actuó rápidamente para apoyar la tregua.
“Hagamos todo lo que podamos para apoyar al gobierno de Colombia y al ELN en ese esfuerzo”, añadió.
Para cumplir la tarea, la misión de la ONU en Colombia será reforzada con “no más de 70 observadores”, según la resolución.
Otra misión de la ONU había previamente verificado la dejación de armas de los rebeldes de las FARC, que han creado ahora su propio partido político.
Surgido en 1964, al igual que las FARC, el ELN creció bajo el influjo de la Revolución cubana y la Teología de la Liberación, una corriente de la Iglesia católica que defendía la lucha a favor de los más pobres.
Los cruentos enfrentamientos que además de las guerrillas han involucrado a paramilitares, narcotraficantes y agentes estatales en Colombia han provocado 260.000 muertos, más de 60.000 desaparecidos y unos siete millones de desplazados.
En el marco del alto al fuego, el 23 de octubre, el gobierno y el ELN deben abrir su cuarto ciclo de conversaciones en Quito.