Una de las principales aficiones de los perros es excavar en el patio, el jardín, en el parque, o los cojines del sofá de casa.
Según explica la doctora Emma Grigg, coautora del libro The Science Behind a Happy Dog, el instinto apareció por primera vez en los antepasados lobos de los perros, luego, probablemente, fue amplificado en ciertas razas a través de la selección artificial.
Grigg explica que los perros que fueron criados para cazar roedores, como los beagles o los terriers, están especialmente obligados a cavar en lugares donde estos animales podrían hacer construido sus refugios.
Sin embargo, este tendencia no se limita únicamente a unas pocas razas.
Todos los perros han mostrado esta tendencia, la doctora dice que existen dos razones principales para que quieran cavar.
En primer lugar, para refrescarse, el perro trata de desenterrar una capa fresca de tierra a la que el sol no haya llegado, una manera rápida de combatir el calor.
En segundo lugar, esconder comida, cuando el perro lleva un buen rato con un hueso o una golosina, a veces se aburre de él; sin embargo, el animal sabe que en algún momento volverá por ella.
Otra explicación a este comportamiento, es que nuestra perro tenga un exceso de energía porque no le hemos ofrecido la cantidad de estimulación necesaria durante el día.