Una académica italiana que afirmó haber una lincencia de enfermedad para cuidar a su perro ha ganado un caso contra su empleador.
La mujer, que trabaja para la Universidad La Sapienza de Roma, fue llevada a los tribunales después de que ella tomó dos días libres para cuidar al inglés Setter Cucciola, de 12 años de edad, luego de que el animal fue operado.
Pero ella ganó el caso, con la ayuda de los abogados de la Liga Anti-Vivisección italiana, después de que un juez dictaminó que la ausencia era contada como “razones personales o familiares”.
El argumento también dependía de una ley que exige una multa de 9 mil libras esterlinas o un año de cárcel para los que abandonan a un animal a “sufrimiento grave”.