En la cultura anglosajona, el viernes 13 es una fecha relacionada directamente con la mala suerte, de forma similar a lo que ocurre en Hispanoamérica con el martes 13. Ambas fechas están asociadas a presagios negativos, aunque no dejen de ser meras supersticiones como las creencias que defienden que cruzarse con un gato negro, pasar por debajo de una escalera, romper un espejo o derramar la sal pueden traernos desgracias e infortunios.
El temor al viernes 13 ha sido relacionado con un cierto simbolismo religioso: a la última cena asistieron 13 personas —doce personas y el propio Cristo—, y Jesús fue crucificado al día siguiente, que coincidía en viernes. Otros apuntan que la mala suerte y el miedo comúnmente asociados con esta fecha en la cultura anglosajona fueron alentados por el estreno de la película Viernes 13, dirigida por Sean S. Cunningham, un largometraje de terror en el que un grupo de adolescentes son asesinados uno por uno.
En Europa, la creencia en este ‘día maldito’ se extendió a partir de la década de los cincuenta. La primera noticia apareció en el periódico alemán Frankfurter Allgemeine Zeitungen 1957. A pesar de la popularidad del viernes 13 en la cultura anglosajona, lo cierto es que no hay pruebas que demuestren que durante el viernes 13 tienda a haber más problemas, sucesos trágicos, ingresos en urgencias o malas noticias. Pensar que el viernes 13 sucederá algo negativo es una creencia irracional, sin sustento científico, que se utiliza para afrontar la incertidumbre diaria.