El presidente catalán Carles Puigdemont ofreció este lunes a Mariano Rajoy dos meses de negociaciones y eludió responder claramente si había declarado o no la independencia, tal y como le había requerido el jefe del gobierno español.
“Durante los dos próximos meses, nuestro principal objetivo es emplazarle a dialogar”, escribió Puigdemont, según una copia de su carta a Rajoy obtenida por la AFP, en la que habla de “suspensión” del mandato surgido del referéndum de independencia inconstitucional del 1 de octubre.
“Nuestra propuesta de diálogo es sincera, pese a todo lo ocurrido, pero lógicamente es incompatible con el actual clima de creciente represión y amenaza”, añade Puigdemont tras citar la respuesta policial al referéndum o el encausamiento de líderes independentistas como Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, o el del comandante de la policía catalana Josep Lluís Trapero, que este lunes debían declarar en Madrid por “sedición”.
Puigdemont no especifica qué quiere negociar, pero afirma que “más de dos millones de catalanes encomendaron al Parlament el mandato de declarar la independencia”, en la consulta prohibida del 1 de octubre.
Rajoy había emplazado a Puigdemont a responder claramente a su requerimiento, bajo amenaza de iniciar la aplicación del Artículo 155 de la Constitución española, que podría desembocar en la suspensión de todo o parte de la autonomía catalana.
El mandatario independentista tenía hasta este lunes a las 10:00 horas (08:00 hora GMT) para decirle al gobierno central si declaró o no la independencia de Cataluña en una sesión celebrada el pasado martes en el Parlamento regional.
Si el gobierno de Rajoy considera que Puigdemont no ha contestado a la pregunta, el líder catalán tendrá todavía hasta el jueves a las 10:00 horas para rectificar.
Puigdemont está bajo una tremenda presión tanto política como económica, diplomática y judicial, atrapado entre quienes le reclaman que declare ya la independencia y quienes le piden frenar.
En su campaña por el referendo, prohibido por la justicia, los independentistas aseguraron que las empresas no se marcharían de Cataluña y que, ante “los hechos consumados”, la comunidad internacional los apoyaría.
Sin embargo, 540 empresas se fueron de Cataluña desde el 2 de octubre, y la Unión Europea mostró su apoyo sin fisuras a Rajoy.