Un tribunal militar de la base de Fort Bragg, en Carolina del Norte (sureste), escuchará las últimas alegaciones que determinarán el destino del sargento Bergdahl, de 31 años, que la semana pasada fue acusado de deserción y de haber puesto en peligro la vida de sus camaradas de combate.
Al declararse culpable, Bergdahl, que fue liberado por los talibanes en 2014 en un intercambio de prisioneros, dejó al magistrado toda la libertad para decidir la sentencia y se expone hasta a cinco años de prisión por deserción, y a cadena perpetua por mala conducta ante el enemigo.
Pero también podría ser absuelto si el juez considera que abandonó su puesto de trabajo para informar a otra unidad de disfunciones en su posición, tal y como argumentó el soldado.
Bowe Bergdahl fue capturado por los talibanes después de haber dejado su posición cerca de la frontera con Pakistán el 30 de junio de 2009, por motivos que no son del todo claros.
Estuvo cautivo durante cinco años hasta que el gobierno de Estados Unidos aceptó intercambiarlo por cinco talibanes detenidos en Guantánamo.
El juez escuchará también los testimonios de dos soldados que resultaron heridos en el transcurso de las largas y agotadoras operaciones de búsqueda que siguieron a su desaparición.