La mujer, cuya identidad y edad no fueron revelados, resultó “herida” y fue trasladada al cercano Hospital Miguel Couto “pero no resistió”, confirmó el cuerpo policial en un breve comunicado.
Una fuente de la embajada española en Brasilia dijo a la AFP que la dependencia “está en contacto con las autoridades locales tras lo ocurrido, pero que por el momento no harán declaraciones”.
Los hechos ocurrieron hacia las 10:30 hora local (12:30 hora GMT) cuando el vehículo “rompió el bloqueo policial” en una de las entradas de la gigantesca favela, donde una hora antes traficantes y policías se habían enfrentado dejando dos agentes y un presunto delincuente heridos.
Al ver que el coche ignoró el alto, “hubo una reacción de la guarnición, alcanzando un vehículo” y “durante el abordaje (posterior) se verificó que se trataba de una vehículo para transporte de turistas”, dijo la PM, que está investigando los hechos.
La prensa brasileña identifica a la española como una mujer de 67 años que viajaba supuestamente con un guía italiano y otros dos españoles.
La favela de Rocinha, ubicada en un cerro contiguo a la turística zona sur de Rio de Janeiro, lleva semanas bajo fuego cruzado y los operativos fueron reforzados con cerca de un millar de militares a finales de septiembre.
Sin embargo, los llamados “safaris” turísticos para visitar esta icónica favela no han cesado.
La violencia en Rio de Janeiro aumentó a niveles críticos tras los Juegos Olímpicos en 2016 en medio de la bancarrota estatal, y el gobierno desplegó 8.500 militares en la ciudad para apoyar a la policía.
Esa violencia rampante ha dejado decenas de muertos por balas perdidas y ha alcanzado también a turistas extranjeros en los últimos meses.
La última de ellas fue una turista británica baleada en agosto al ingresar accidentalmente con su esposo e hijos a una favela controlada por bandas criminales en Angra dos Reis, en el estado de Rio de Janeiro.
En marzo, una turista argentina falleció en un hospital de Rio un mes después de haber sido herida de bala en la favela Morro dos Prazeres, donde había ingresado por error siguiendo las indicaciones de un GPS mientras intentaba llegar al Cristo Redentor, uno de los monumentos más visitados de la ciudad.
Tres meses antes, un italiano de 52 años perdió la vida de un disparo en esa misma barriada, desorientado por el GPS.