El científico alemán, Albert Einstein, premio Nobel de Física en 1921, pese a haberse dedicado enteramente a la ciencia, dijo que cumplir un sueño largamente perseguido no necesariamente garantiza la felicidad.
Su teoría sobre la felicidad puede leerse en 2 hojas conteniendo un diminuto texto escrito en alemán que dice: “Una vida humilde y tranquila trae más felicidad que la persecución del éxito y la constante inquietud que implica”. El tesón que caracterizó la obra investigadora del científico asoma en la segunda de las notas que escribió: “Donde hay una voluntad, hay un camino”.
Cuenta la historia que Albert Einstein no asistió a la ceremonia de entrega del premio el 10 de diciembre de 1922 al encontrarse de viaje en Japón. Antes de partir sabía que recibiría el premio ese año, pero decidió mantener sus planes de viaje y dejar a la Academia plantada como respuesta a la turbidez de la historia. Einstein pronunció su discurso de aceptación del premio en julio de 1923. No habló del efecto fotoeléctrico, sino de la relatividad.
El Nobel alemán le entregó las notas en un hotel de Tokio a un mensajero porque no tenía dinero para darle propina. Resulta que cuando el mensajero llegó a la habitación del hotel de la capital japonesa en que se alojaba Einstein para entregarle un paquete, éste se percató de que no tenía efectivo con el cual gratificarle y en su lugar, le dió esos apuntes en unas notas sueltas, a los que añadió su firma. Le dijo: “Esas notas algún día tendrían valor”.
Casi un siglo después, el presagio se hizo realidad.
Los consejos para tener una vida feliz que Albert Einstein escribió en dos breves notas en 1922 fueron vendidos este martes 24 de octubre 2017 por US$1.560.000 en una casa de subastas de Jerusalén. Las ofertas ganadoras por las dos notas superaron todas las previsiones de los organizadores de la puja, que informaron de que el ganador fue un ciudadano europeo que pidió que se guardara su anonimato. El vendedor es, según se informó, un sobrino de aquel mensajero para el que Einstein no tenía unas monedas de propina.
Las escasas líneas que el padre de la teoría de la relatividad escribió sobre aquellas hojas con el membrete del Hotel Imperial de Tokio reflejan cómo veía él la vida y parecen encerrar alguna contradicción.
Este genio falleció en Princeton, EEUU, en 1955.
Fuente. http://www.bbc.com/mundo/noticias-41743549