El ex vicepresidente de Uruguay, Raúl Sendic, quien renunció a su cargo en medio de un escándalo por el uso de tarjetas corporativas oficiales, se fue “satisfecho” tras declarar el miércoles ante la Justicia que indaga su gestión al frente de la petrolera estatal ANCAP.
“Me voy satisfecho” tras “contestar absolutamente a todas las preguntas”, dijo Sendic a periodistas al término de la audiencia.
“Todas las preguntas estuvieron relacionadas con temas de gestión” de ANCAP, señaló, al tiempo que aseguró que pudo explicar “cada uno de los puntos” que le fueron solicitados sobre su gestión al frente de la petrolera estatal.
El ex vicepresidente, de 53 años, reiteró que pudo haber cometido errores pero no delitos en sus tres años como presidente de la estatal entre 2010 y 2013, y opinó que cabe a la Justicia determinarlo en última instancia.
La división de Crimen Organizado de la Justicia uruguaya investiga la gestión de ANCAP en los últimos años, y varios exjerarcas de esta empresa estatal, que tiene el monopolio de la refinación y venta mayorista de combustible, prestaron testimonio en esta causa.
Sendic respondió sobre varios negocios y contrataciones de la empresa, y acerca de los gastos que realizó con su tarjeta corporativa cuando presidía la firma y que terminaron de precipitar su salida del gobierno de Tabaré Vázquez el pasado 9 de septiembre.
– ANCAP y un título –
En 2016, un año después de asumir Vázquez, la petrolera tuvo que ser exonerada de deudas por cientos de millones de dólares por parte del gobierno central, como forma de “capitalización” para equilibrar sus balances, en un país que es importador neto de hidrocarburos y cuyos precios de la gasolina se encuentran entre los más altos del mundo.
Sendic insistió en sus declaraciones tras salir del juzgado en que ANCAP solicitó que “varios costos” fueran incluidos dentro del precio de los combustibles “y eso no fue posible”, para explicar las “dificultades económicas (de la) empresa” que, añadió, no impidieron que traspasara recursos colectados en forma de impuestos sobre los carburantes, a las arcas del Estado.
La debacle política de Sendic, que era cuestionado por su gestión al frente de la petrolera, se profundizó en febrero de 2016 cuando reconoció en declaraciones a periodistas locales que no tenía un título académico de “Licenciado en genética humana” supuestamente obtenido en Cuba con el que se presentaba hasta ese momento.
Sendic dijo luego que probaría que poseía ese título, pero la mención “Lic.” fue eliminada en sus presentaciones oficiales. Fue respaldado entonces por el presidente Tabaré Vázquez y por el gobernante Frente Amplio (izquierda), que emitió una declaración acusando a oposición y medios de comunicación de atacar “la institucionalidad democrática” del país.
Meses después, la prensa local, a partir de pedidos de acceso a información pública, revelaba que Sendic había realizado gastos con su tarjeta corporativa de ANCAP en tiendas y comercios de lujo, bazares o deportivos, en Uruguay y otros países.
El entonces vicepresidente salió al cruce de la información y declaró a la prensa que “todas esas compras tienen que ver con la actividad” de ANCAP y “cubrir necesidades relacionadas con la función dentro de la compañía”.
Su popularidad se fue en picada. Y en su partido varios sectores pasaron a señalar que por dolorosa que fuera la decisión, su renuncia debía ser considerada.
Sendic pidió someterse al Tribunal de Conducta Política (tribunal de ética) del Frente Amplio. El fallo de esa instancia intrapartidaria fue negativo.
“El cuadro general que presentan los actos reseñados del compañero Sendic no deja dudas de un modo de proceder inaceptable en la utilización de dineros públicos” y su actuación “compromete su responsabilidad ética y política, con incumplimiento reiterado de normas de control”, señaló.
El compañero de fórmula de Vázquez terminó anunciando su alejamiento del cargo por Twitter, luego de comunicarlo en una reunión cerrada a sus compañeros de partido.