¿Cómo pudo Harvey Weinstein acallar por décadas tantos presuntos casos de acoso y agresión sexual? La pregunta aplica también para celebridades como Bill Cosby o Bill O’Reilly: con acuerdos extrajudiciales con estrictas cláusulas de confidencialidad.
El escándalo Weinstein estalló a principios de octubre, cuando el diario The New York Times y luego la revista The New Yorker divulgaron impactantes testimonios, que fueron motivando a otras presuntas víctimas a salir a la luz con historias similares.
En muchas ocasiones la simple amenaza de “si hablas destruyo tu carrera” fue suficiente para acallar a las mujeres, pero en otros fue necesaria una compensación financiera y una firma para garantizar el silencio.
En el caso Weinstein, los contratos de confidencialidad “claramente jugaron un papel muy importante y la evidencia son las docenas de acuerdos con mujeres que pudieron denunciar por acoso o tal vez hablar públicamente”, dijo a la AFP Ariela Gross, profesora de Derecho de la universidad USC en Los Ángeles.
Pero la fuerza del escándalo ha sido tal que no solo acabó prácticamente con la carrera del productor, sino que motivó a mujeres como Zelda Perkins, a romper su acuerdo.
“Hasta que alguien haga esto no habrá un debate sobre cuán ofensivos son estos acuerdos y el tamaño de la coerción a que las víctimas son sometidas”, dijo Perkins, una exasistente que renunció a un trabajo con Weinstein 19 años atrás y habló al Financial Times.
Este viernes, en una Convención de la Mujer celebrada en la ciudad de Detroit, Rose McGowan, una de las primeras actrices en acusar a Weinstein, denunció la cultura permisiva con el acoso sexual imperante en Hollywood y llamó a las mujeres a luchar.
“Yo guardé silencio durante 20 años. Me llamaron puta, me avergonzaron, me acosaron, me calumniaron. ¿Y saben qué? Soy sólo una persona como ustedes”, dijo McGowan, que en 1997, según el New York Times, firmó con Weinstein un acuerdo de confidencialidad por 100.000 dólares.
Decenas de empleados de The Weinstein Company, el estudio que Harvey Weinstein fundó con su hermano Bob, publicaron una carta abierta en la que pedían romper también su acuerdo de confidencialidad para poder defenderse de los señalamientos de que tenían conocimiento del comportamiento de su jefe.