Los políticos secesionistas catalanes admitieron que la proclamación de la independencia había fracasado y empezaron a cruzarse reproches por ello.
Días después de que el Parlamento catalán proclamara la secesión, la nueva república catalana no controlaba fronteras, ni recaudaba impuestos y sus funcionarios trabajaban para el gobierno central, que intervinó la administración regional sin hallar resistencia, como había temido.
El presidente catalán cesado por Madrid, Carles Puigdemont, pidió desde Bruselas que los indepedentistas se preparen para “un largo camino”, y estimó que era mejor “ralentizar” la independencia que asegurarla con violencia.
Además, aceptó las elecciones regionales del 21 de diciembre convocadas por el gobierno central de Mariano Rajoy, tras arrogarse ese poder amparado en un artículo de la Constitución española.
“El independentismo no está ralentizado, está parado”, replicó bajo anonimato una fuente del gobierno español en Barcelona.
El que hasta hace poco fue ministro de Empresas de Puigdemont, Santi Vila, acusó de ingenuidad a sus compañeros de gabinete y aseguró que Cataluña carecía de los medios para llevar a buen puerto la secesión.
“¿Dónde está el control del territorio, el control de los puertos, los aeropuertos, la gestion de la movilidad?”, se preguntó Vila.
“Nos faltó más inteligencia política”, admitió en una entrevista a Rac 1, negando que hubieran engañado a los ciudadanos.
“No creo que podamos utilizar la palabra engaño, pero si que es cierto que tengo compañeros de gobierno que han exhibido una ingenuidad que sorprende a la edad que tienen”, lamentó.
– ‘¡Ostras!, ¿qué ha pasado aquí?’ –
Vila se ofreció para liderar al PDeCAT (Partido Democrático Europeo Catalán), el partido de Puigdemont, en las elecciones del 21 de diciembre.
El PDeCAT forma la coalición que gobierna la región con ERC (Izquierda Republicana de Cataluña), cuyo líder, Oriol Junqueras, era el vicepresidente del ejecutivo regional y su responsable económico.
Tras haber animado a Puigdemont a dar el paso definitivo para la proclamación unilateral de independencia, ERC participará en las elecciones regionales porque “somos los campeones de la democracia, a demócratas no nos gana nadie”, según Junqueras.
El partido de extrema izquierda independentista CUP, que abogó por defender la secesión en las calles, pidió este martes “reflexionar sobre lo qué ha ocurrido, porque nos ha demostrado las limitaciones de la institucionalidad”, dijo a TV3, la televisión pública catalana.
El independentismo catalán aguardó en vano el apoyo de la Unión Europea tras las escenas de represión policial del referéndum del 1 de octubre y el encarcelamiento de dos de sus líderes civiles como sospechoso de “sedición”.
La portavoz del PDeCAT, Marta Pascal, habló este martes de una sensación que describió como “¡ostras!, ¿qué ha pasado aquí?”.
“Que no hubiera reconocimiento internacional posterior, o que, por ejemplo, el cuerpo de los Mossos d’Esquadra (policía regional, ndlr) haya tenido que seguir las órdenes que da el gobierno del Partido Popular, ha generado algo que no sé si es desencanto, pero sí una sensación de ‘ostras, ¿qué ha pasado aquí?”.
Pascal también atribuyó el fracaso a “una cierta sensación de que esto sería coser y cantar”.
– ‘Habrá recriminaciones’ –
En los años en que fue construyendo su desafío independentista, el gobierno catalán se dotó de asesores para hacer realidad la nueva república, como el Consejo Asesor de la Transición Nacional, que elaboró un “libro blanco” de la independencia.
En su capítulo sobre “el proceso constituyente”, el libro ya advertía que el éxito de una proclamación unilateral dependía de “si se puede ejercer de manera efectiva el gobierno del territorio”.
Sandra León, analista política española que da clases en la Universidad británica de York, consideró que los reproches se enmarcan en la lógica electoral.
“Habrá recriminaciones”, dijo León a la AFP. “Cada uno va a intentar elaborar el relato de lo que le ha ocurrido de la manera en que mejor le beneficie”.
“Se produjo una declaración de independencia, en la que mucha gente había depositado sus expectativas y, de repente, a los dos días de que se produzca, no hay un guión claro”. En respuesta, añadió la experta, “el movimiento está desnortado”.
Especialmente duro fue el expresidente catalán José Montilla, socialista y rival de los nacionalistas, que este martes les acusaba de haber mentido.
“Estos señores han engañado a la gente, los han enredado, les han vendido una cosa que sabían que era mentira, que no era posible”, dijo en la televisión pública catalana.
“¿Por qué no dan la cara? ¿Dónde están ahora los representantes de la República catalana?”, se preguntó.