El Partido Demócrata estadounidense estuvo de hecho bajo el control de Hillary Clinton, incluso antes de que ella lograra la investidura presidencial en 2016, dijo la expresidenta interina del partido, confirmando las acusaciones de Bernie Sanders y dando argumentos a Donald Trump.
La nueva andanada fue lanzada por Donna Brazile, quien presidió interinamente el Comité Nacional Demócrata (DNC) desde julio de 2016 a febrero de 2017, en un libro que se publicará la semana próxima en Estados Unidos.
El libro relata que el partido y el equipo de campaña de Clinton habían firmado un acuerdo en agosto de 2015 para que el grupo de la candidata ayudara a refinanciar al aparato, que se encontraba muy endeudado, extremo ya conocido. A cambio, Clinton disponía de derecho de veto sobre el puesto de director de comunicaciones del partido y de otros cargos, algo que se ignoraba.
“A cambio de captar fondos e inversiones en el DNC, Hillary controlaba las finanzas y la estrategia del partido, y de todo el dinero aportado”, escribe Brazile, según extractos de su libro publicado el jueves por el sitio Politico. “El DNC también estaba obligado a consultar al equipo de campaña sobre el resto del personal, el presupuesto, las donaciones, el trabajo de análisis y los correos electrónicos”.
Brazile afirma que no se apercibió de este acuerdo, secreto, hasta fines de julio de 2016, días después de haber remplazado a Debbie Wasserman Schultz. La jefa del DNC acababa de ser “despedida” en plena convención de investidura, luego de la publicación por WikiLeaks de mensajes pirateados que mostraban la hostilidad de los responsables de campaña de Clinton contra su rival Bernie Sanders.
Ello explica, escribe Brazile, porqué ella no podía escribir un comunicado sin el visto bueno de “Brooklyn”, el Cuartel general de campaña de Clinton.
El acuerdo “no era ilegal, pero ciertamente no parecía ético”, afirma.
– Reforma antes de 2020 –
Durante todas las primarias 2016, Bernie Sanders (senador independiente aliado al grupo demócrata) acusó al partido de no ser neutral como debía serlo, cuestionando por ejemplo el calendario de debates.
Ironía de la historia, Donna Brazile, une consultora demócrata, también comentarista de CNN, había sido despedida de la cadena en octubre de 2016 por haber adelantado al equipo de Clinton las preguntas que le serían formuladas durante un debate para las primarias. WikiLeaks reveló el caso gracias a los correos electrónicos pirateados.
Trump acusó reiteradamente a “Hillary la crápula” de haber robado la investidura a “Bernie el loco”. Volvió al tema con cinco tuits en la mañana del viernes.
Antes de subir al helicóptero que lo llevó a la base Andrews para partir en gira por Asia, el mandatario instó al FBI a abrir una investigación sobre lo que afirma es el verdadero escándalo del momento (en lugar de la eventual colusión entre su equipo de campaña y Rusia).
“Ella compró al DNC y le robó la elección a Bernie”, dijo. “Eso es lo que hay que mirar”.
Luego, desde el avión presidencial, otros dos tuits: “los partidarios de Bernie Sanders tienen todo el derecho de estar furiosos”. “Yo siempre sentí que habría vencido a Bernie Sanders y no a H la crápula, sin estafas, yo tenía razón”.
En Estados Unidos, tanto el Partido Demócrata como el Republicano son controlados durante la campaña por el candidato victorioso en las primarias, con el objetivo de mejorar la coordinación, y luego por el presidente si resulta electo.
Luego de estas revelaciones es difícil para los demócratas negar el “favoritismo” en las primarias. La senadora Elizabeth Warren, que mantiene buenas relaciones con los dos campos, se limitó a responder “sí” al respecto, interrogada por CNN.
Clinton no había reaccionado el viernes a estas acusaciones.
Los demócratas se dispondrían a reformar sus reglas.
El número de “superdelegados”, los caciques del partido que disponen de derecho de voto automático en las primarias, en teoría sería reducido, a demanda de Sanders.
El nuevo director del DNC, Tom Perez, debe concretar esos compromisos y probar a los futuros aspirantes a las primarias presidenciales de 2020 que serán neutrales y transparentes.
“Fijaremos el calendario de los debates con suficiente antelación, antes de que se sepa quiénes serán los candidatos”, prometió en la cadena CNBC.