1. Recuerda que tu órgano sexual más importante es tu cerebro: el famoso “cerebrito” tiene un lugar protagónico. Comienza a pensar en el pumpum con anticipación, y si puedes, comparte tus pensamientos al respecto breve y gráficamente con tu pareja. Una llamadita rápida durante el día no debe interrumpir grandemente su día de trabajo, pero sí puede proveer un poderoso estímulo erótico.
2. Tómalo con suavidad: comienza besando y acariciando el cuerpo de tu pareja. Puedes, por ejemplo, besar la yema de sus dedos, sus orejas, axilas, abdomen… y poco a poco ir acercándote a su pecho e ir bajando…
3. Asegura el clímax, manual u oralmente: muchas mujeres no logran tener orgasmos durante la penetración vaginal. Muchas de las chicas que disfrutan de los orgasmos múltiples tienen más probabilidades de tener un segundo o tercer orgasmo durante la penetración si ya han tenido uno o dos anteriormente. Así que no sean tímidas y tóquense. Y a los chicos, les aconsejo que aprendan de ellas! Observa mientras tu pareja se masturba (algo de por sí, super excitante); y luego utiliza el mismo tipo de caricia y la misma presión y velocidad que ella usa mientras se masturba.
4. Presta atención a sus zonas erógenas: muchas mujeres cometen el error de dirigirse directamente hacia el pene de su compañero. Sin embargo, la gran mayoría de los hombres son muy sensibles en otras partes de sus cuerpos ¡Explora!
5. Experimenta con caricias variadas: recorre el cuerpo de tu pareja suave y delicadamente con la puntita de tus dedos, de manera que le ocasiones escalofríos. De igual manera, puedes experimentar con caricias mucho más agresivas, incluso usando tus uñas para raspar su piel y provocar otro tipo de sensaciones. Tómalo poco a poco y ve midiendo su tolerancia y respuesta a estas caricias más agresivas. Si lo disfruta y te pide más, síguelo/a por ahí y todo lo que se te ocurra.
6. Experimenta con distintos ritmos: excita a tu pareja y luego retírate. Tiéntalo/a. Haciendo esto, aumentas también tu propio nivel de excitación. Él/ella, por su parte, quedará rendido/a a tus pies. No sabrá cuándo vas a continuar acariciándolo/a o cuándo vas a cambiar el patrón o parar del todo. Su excitación se ve incrementado por la anticipación que le provee este tipo de juego.
¡¡Experimenta y vive!!