La operación anticorrupción lanzada por Arabia Saudita la semana pasada ha llevado a 201 personas a la cárcel y ha puesto al descubierto un fraude de hasta 100.000 millones de dólares a lo largo de varias décadas, anunciaron este jueves las autoridades locales.
Príncipes, ministros y un hombre de negocios multimillonario figuran entre las personalidades detenidas o despedidas la semana pasada, en una redada decidida por una comisión anticorrupción presidida por el príncipe heredero Mohamed bin Salmán, de 32 años.
Los medios saudíes señalaron que las capturan incluyen a 11 príncipes y cuatro ministros y exfuncionarios.
Esta purga se produce en un tenso contexto regional, con Arabia Saudita e Irán enfrentados por la guerra en Yemen, y una posible crisis política en Líbano tras la renuncia del primer ministro Saad Hariri anunciada desde Riad.
“Un total de 208 personas han sido interrogadas hasta ahora. De esos individuos, siete han sido puestos en libertad sin cargos”, informó el ministerio de Información saudita en su comunicado.
Las autoridades han congelado la cuentas bancarias de los acusados y avisado de que los activos vinculados a presuntos casos de corrupción serán requisados como propiedades del Estado.
Cérémonie d'allégeance au nouveau prince héritier d'#ArabieSaoudite: Mohamed Bin Salman pic.twitter.com/gDZuifET0m
— Netchys ن Zeus #Matricule 3082 (@netchys) June 21, 2017
“La magnitud potencial de las prácticas de corrupción es muy grande”, añadió el ministerio. “Según nuestra investigaciones de los tres últimos años, calculamos que al menos 100.000 millones de dólares fueron desviados a través de una corrupción y una malversación sistemáticas durante varias décadas”.
Los detenidos serán juzgados ante un tribunal, indicó el lunes el fiscal general.
¿Motivos políticos?
“A pesar de que los medios sauditas presentan estas medidas como una campaña contra la corrupción, las detenciones masivas sugieren que se trata más de una lucha por el poder”, dijo el miércoles la oenegé Human Rights Watch (HRW).
El príncipe Mohamed, hijo del rey Salmán, ya se considera como el líder de facto de la monarquía saudita. Controla las principales áreas del poder, desde la defensa hasta la economía, y parece dispuesto a acabar con cualquier disensión interna antes de que su padre, de 81 años, le entregue formalmente el poder.
Con este movimiento, que algunos analistas describen como atrevido y arriesgado, el heredero ha adquirido un poder sin precedentes en la reciente historia del país.
La operación anticorrupción coincide con el lanzamiento de un amplio plan de reformas llamado “Visión 2030”, con el que el príncipe Mohamed pretende modernizar el reino y diversificar su economía, que depende en gran medida del petróleo, un bien cuyo precio ha caído mucho en los últimos tiempos.
El jueves, el presidente francés, Emmanuel Macron, que estaba de visita en Abu Dabi visitó Riad para discutir las tensiones regionales con el príncipe.
Macron alerta que la próxima derrota militar del Estado Islámico "no será el fin" del yihadismo.
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— Emisoras Unidas (@EmisorasUnidas) November 9, 2017