La decisión de Donald Trump de reconocer a Jerusalén como capital de Israel desalentará los ya arduos esfuerzos de su consejero y yerno, Jared Kushner, para lograr un acuerdo de paz entre israelíes y palestinos, estimaron analistas.
Revirtiendo una política estadounidense asumida desde hace siete décadas y a pesar de las advertencias de sus aliados árabes y europeos, el mandatario anunció su decisión este miércoles en la Casa Blanca, considerando este paso como una “condición necesaria para lograr la paz”.
La declaración, que recibió una fuerte condena regional, pone fin a la ambigüedad diplomática sobre el estatuto de una ciudad que alberga los lugares sagrados de las tres grandes religiones monoteístas, y es reclamada por igual por israelíes y palestinos.
Los palestinos hicieron saber que Washington ya no puede aspirar a un papel de mediador. La medida “socava sus propios esfuerzos de paz”, lamentó Ilan Goldenberg, del Center for a New American Security.
“En el mejor de los casos, hará explotar en pleno vuelo la mediación estadounidense” y “en el peor, provocará protestas generalizadas, disturbios mayores”, dijo el analista, convencido de que los mediadores de la Casa Blanca no favorecían tal decisión en este momento.
Trump reconocerá a Jerusalén como capital de Israel.
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Alanza israelo-saudí
Porque Trump, que no cesa de ufanarse de sus cualidades de negociador, se declara paralelamente decidido a relanzar el moribundo proceso de paz e incluso dispuesto a lograr “el acuerdo final”. Para ello formó un pequeño equipo en torno a su yerno Jared Kushner, quien multiplica sus contactos desde hace varios meses.
El miércoles confirmó su “compromiso para facilitar una paz duradera”, afirmando que el estatuto final de Jerusalén dependerá de las negociaciones con los palestinos, que reivindican la parte oriental de la ciudad como capital del Estado al que aspiran.
Declaración que no convence a diplomáticos y observadores en Washington, que ya eran escépticos sobre las probabilidades de éxito del gobierno estadounidense. Ahora, en su mayoría, piensan que éstas se redujeron a cero.
Goldenberg sostiene que Trump debió hacer el anuncio “en el marco de un propuesta global de paz”, y se equivoca si piensa que este golpe pueda ser relativizado por su tímido apoyo a la solución de “dos estados”, Israel y Palestina coexistiendo lado a lado.
Pero ese plan no estará sobre la mesa, como pronto, hasta comienzos de 2018, explicó una fuente diplomática.
“Todo esto es la confirmación de que, desde el principio, se trata de una ilusión”, explica Barbara Slavin, del grupo de reflexión Atlantic Council. Las gestiones diplomáticas de Jared Kushner son “una fachada para que Arabia Saudita pueda justificar su acercamiento a Israel en contra de Irán”, afirma.
Israel se prepara para la violencia tras reconocimiento de EEUU a Jerusalén.
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En efecto, por ahora lo que ha filtrado de la estrategia estadounidense es favorecer una alianza israelo-saudí contra el enemigo común, Teherán.
En la dinámica regional “florecen las oportunidades”, declaró en ese sentido Kusher, de 36 años, durante una de sus escasas intervenciones públicas, días atrás.
Los países de Medio Oriente “estudian las amenazas regionales y pienso que ven que Israel, su enemigo tradicional, se convirtió de hecho en un aliado natural para ellos”, agregó el joven consejero presidencial, quien ha forjado un estrecha relación con el príncipe heredero saudí, Mohamed ben Salman.
Movimientos tectónicos
En realidad “hubo un cambio de tono” entre los dos aliados de Washington, estima Elliott Abrams, miembro del Council on Foreign Relations “aunque todavía no haya un cambio oficial”.
Un diplomático cercano al caso afirmó que existen “movimientos tectónicos” en el “nuevo Medio Oriente” y los acercamientos “deben permanecer entre bambalinas, porque lo que se diga públicamente puede ser usado contra Israel o a Arabia Saudita”.
La administración Trump está persuadida de que el ascenso del poderoso príncipe heredero marca un giro. Salman convocó recientemente al presidente palestino Mahmud Abas a Riad para presionarlo a fin de que acepte reanudar las conversaciones de paz con Israel, señaló Barbara Slavin.
Donald Trump dice que decisión sobre Jerusalén debió tomarse "hace mucho".
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Al mismo tiempo, el rey Salman de Arabia Saudita personalmente advirtió a Trump sobre el traslado de la embajada, calificándolo como “una iniciativa peligrosa” que podría provocar “la cólera de los musulmanes”.
¿Washington arriesga alienarse de su principal aliado en la región? “Los gobiernos árabes deben expresar su preocupación ante su opinión pública”, pero eso no cambiará fundamentalmente sus nuevas relaciones con Israel, minimizó Abrams.
Por el contrario, si las condenas árabes son percibidas como “hipócritas”, “Teherán aparecerá nuevamente como el verdadero defensor de la causa palestina”, advierte Slavin. “Eso fortalecerá a Irán, cuando la alianza con Arabia Saudita tiene como objetivo debilitarlo”.
Con información de la AFP
¿Por qué es polémico el traslado a Jerusalén de la embajada estadounidense en Israel?
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