Vientos huracanados en un clima seco y caliente: una combinación perfecta para potenciar los incendios forestales que este jueves se reproducían sin dar tregua a los bomberos en California.
Nuevos incendios en los condados californianos de San Diego y Riverside, en la costa oeste de Estados Unidos, se expandían rápidamente, mientras un pequeño foco en la localidad de Malibí, en las inmediaciones de Los Ángeles, pudo ser neutralizado.
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Los bomberos ya predecían “condiciones extremas” para este jueves con los vientos de Santa Ana, cuya escala se mide por colores, que rozaban por primera vez en el máximo púrpura: casi 130 km/h, lo que que equivale a un huracán categoría 1.
El incendio de San Diego, bautizado Lilac Fire, arrasó en pocas horas más de 1.000 hectáreas, dejando dos heridos y 20 edificios con daños y sigue fuera de control mientras las autoridades ordenaron evacuaciones y el cierre de vías.
El gobernador de California, Jerry Brown, declaró estado de emergencia en la zona.
El otro fuego que se expande en Riverside, Liberty, ocupa un área de 121 hectáreas, destruyó un inmueble y está contenido en un 5%. También hay órdenes de evacuación.
Fuente: AFP