La decidida apuesta del régimen de Kim Jong-un por lograr un arma atómica que alcance EEUU se ha topado en 2017 con la llegada al poder de Donald Trump, cuyo tono amenazante ha ayudado a generar en la península coreana el ambiente más tenso en décadas.
Este año Pyongyang ha subrayado con creces el mensaje que ya envió en 2016, cuando realizó un número récord de ensayos nucleares (dos) y de misiles (24).
Puede que a simple vista los números de los últimos doce meses resulten menos audaces (20 ensayos de misiles y un test atómico), pero no así sus resultados ni las intenciones del régimen.
Además, el tono incendiario con el que ha respondido a cada acción del régimen el presidente estadounidense, que ha amenazado con destruir el país y cuya Administración ha insinuado la posibilidad de invadirlo, puede haber servido para alimentar aún más su convicción. EFE