Cuatro pacientes en estado crítico, entre ellos tres niños, pudieron salir de la Guta oriental, cifra aún alejada de los centenares de enfermos que la ONU pide evacuar de este enclave rebelde cercano a Damasco que vive una grave crisis humanitaria, se anunció este miércoles.
Sitiada desde 2013 por las tropas del régimen sirio de Bashar al Asad, la Guta Oriental, una región situada al este de la capital, sufre una grave escasez de alimentos y medicamentos, lo que llevó a Naciones Unidas a dar la voz de alarma en repetidas ocasiones.
El martes por la noche cuatro pacientes, tres niños y un adulto, dejaron Duma, la mayor ciudad de Guta, en dirección de Damasco. En total 29 personas tienen que ser evacuadas en las horas y días que siguen.
Estas cifras están aún lejos de las que marcó la ONU, que había reclamado las evacuaciones de casi 500 enfermos. Por los retrasos y bloqueos de esta medida, 16 personas murieron desde noviembre.
“La @SYRedCrescent (Media Luna Roja) y un equipo de @ICRC iniciaron la evacuación de los casos médicos críticos desde #Gutaoriental hacia #Damasco”, dijo el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Twitter.
Los cuatro evacuados son “una niña hemofílica, un niño con síndrome de Guillain-Barré (una enfermedad del sistema nervioso), un niño con leucemia y un hombre que necesita un trasplante de riñón”, indicó a la AFP un responsable de la Media Luna Roja, Ahmed al Saur.
Rusia concluye su retirada parcial de Siria.
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– ‘Cuidados médicos vitales’ –
Durante la noche, entre las luces de las ambulancias de la Media Luna Roja, las familias esperaban las evacuaciones médicas, constató la AFP.
En uno de los vehículos, la pequeña Ingy de ocho años, hemofílica, sonríe, abrigada con una chaqueta rosa, guantes y un gorro rojo que oculta sus rizos.
En otra ambulancia estaba Mohamed, de un año y dos meses, afectado por el síndrome de Guillain-Barré, recostado sobre las piernas de un empleado de la Media Luna Roja. Su madre estaba a su lado.
Ya sea para las evacuaciones médicas o para la llegada de ayuda humanitaria destinada a los 400.000 habitantes de Guta, nada puede hacerse sin la autorización del régimen.
Así, se llegó a un acuerdo con el poder de Damasco, anunció el poderoso grupo rebelde de Guta, Jaish al Islam, que prevé a cambio la liberación soldados y civiles, “prisioneros” durante los combates con insurgentes y yihadistas.
“Aceptamos la salida de numerosos prisioneros (…) a cambio de la evacuación de los casos humanitarios más urgentes”, precisó el movimiento rebelde en un comunicado.
Cinco obreros, detenidos en marzo en violentos combates entre las fuerzas del régimen y grupos rebeldes y yihadistas, dejaron Guta durante la noche.
“La operación es una etapa positiva, que va a aportar un poco de alivio a la población de Guta Oriental, especialmente a los que necesitan desesperadamente cuidados médicos vitales”, señaló Igny Sedky, una portavoz del CICR.
“Esperamos que estas evacuaciones médicas sean solo un principio”, añadió. “Para las organizaciones humanitarias es vital aportar ayuda, de manera regular y sin condiciones” en Guta.
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– ‘Están muriendo’ –
La ONU pedía desde hace semanas la autorización para evacuar a unas 500 personas de Guta.
“Esta cifra está disminuyendo, no porque evacuamos a la gente, sino porque están muriendo”, alertó el 21 de diciembre el jefe del grupo de trabajo humanitario de la ONU para Siria, Jan Egeland.
El responsable informó de la muerte de al menos 16 personas por falta de atención médica. En especial un bebé de nueve meses que murió por malnutrición y complicaciones respiratorias.
Estas últimas semanas varios convoyes de ayuda enviados por organizaciones no gubernamentales o la ONU pudieron ingresar en la región.
Último bastión de la rebelión cerca de Damasco, Guta es una de las cuatro “zonas de distensión” definidas en mayo por Rusia e Irán, aliados del régimen, y Turquía, que apoya a los rebeldes, con el objetivo de intentar alcanzar una tregua que allane el camino para poner fin a un conflicto que dejó desde 2011 al menos 340.000 muertos.
Pero a pesar del acuerdo, el régimen intensificó desde mediados de noviembre sus ataques contra la región.