Sin sus dos grandes estrellas por lesión y con un gran número de rotaciones por la acumulación de partidos, los “Reds” se impusieron ante el Burnley con gol al minuto 90’+4.
Sin Coutinho, ni Salah el Liverpool pierde magia, aunque mantiene intacto su espíritu de lucha, logró rescatar los tres puntos de visita con un agónico gol de cabeza en el tiempo de reposición.
Sadio Mané aprovechó un centro mordido desde la derecha para controlar con la derecha y fusilar a Pope con la zurda y así marcar al minuto 61′ el primer gol del encuentro.
El empate llegó con un saque de banda en el carril izquierdo, Taylor metió el balón al área, el galés Sam Vokes la peinó al segundo palo y el islandés Gudmundsson apareció para mandarla al fondo de la portería.
Se cumplían los 90 reglamentarios, el árbitro decidió agregar 4 minutos más y Oxlade-Chamberlain colgó una falta frontal, Lovren remató forzado al segundo palo y allí apareció Klavan, su compañero en el eje de la defensa, para hacer el 1-2 final.