El español, que jugó sin sol y a menos de 30 grados, se solidariza con los compañeros que padecieron la ola de calor
Rafa Nadal jugó ante Damir Dzumhur en mejores condiciones, con menos de 30 grados y una brisa fresca que lo habían hecho antes compañeros como Pablo Carreño, que soportó temperaturas ligeramente superiores a los 40 grados y vientos calientes del desierto australiano.
El española quiso ser solidario con los que habían sufrido dichas adversidades: “En mi opinión, no es seguro jugar así. Pero no es el único sitio en el que ocurre esto. Ha habido muy, muy malas condiciones el miércoles y el jueves. Ha sido mucho y un poco peligroso para la salud. No es agradable ver sufrir tanto a los jugadores”.
Aún así, Nadal piensa que Melbourne no es peor sitio para jugar con calor: “Solo hay algo positivo, que no ha habido humedad. Eso marca la diferencia, porque en Río de Janeiro, por ejemplo, es mucho más duro, la humedad allí es una locura y hace la misma temperatura”.