En el pueblo más frío de la tierra, las temperaturas pueden alcanzar los -60ºC en enero y las pestañas de los habitantes se congelan momentos después de salir.
Pero eso no impidió que un audaz turista se sumergiera en un río helado, vistiendo nada más un boxer diminuto.
En las divertidas imágenes, el visitante japonés no identificado emerge de una camioneta estacionada cerca del agua humeante.
A medida que emerge, salta de un pie a otro, superado por las temperaturas bajo cero.
Afortunadamente, uno de sus amigos le da una toalla y vuelve corriendo a la furgoneta.