Aunque duela aceptarlo, toda historia de amor atraviesa diferentes etapas, por eso las crisis de pareja también forman parte de las relaciones. Sin embargo solemos estar más familiarizadas con la fase de enamoramiento pleno, donde todo es color rosa que la fase en la que alcanzamos estabilidad, donde aparece la rutina, la monotonía y por consecuencia el desgaste de la relación.
Este desgaste se produce, en muchos casos, porque las relaciones tienden a ser muy diferentes de cómo iniciaron una vez pasados los años. Pasar de la intensidad, el deseo sexual, la necesidad de estar con el otro, a la vida cotidiana, la necesidad de saciar otros frentes como el laboral, social o familiar, es un caldo de cultivo ideal para una crisis de pareja. Además, lo cierto es que aunque el día que se conocieron fueron completamente compatibles, eso no significa que ambos evolucionen de un modo paralelo.
Día a día, los momentos compartidos pueden ser menos (o en menor grado de intensidad) y las tensiones personales muchas veces están presentes en estos momentos. Esta distancia emocional, aunque sea normal, puede silenciosamente ir convirtiéndose en una crisis de pareja de la que es muy difícil salir.
Entonces ¿qué puedes hacer para remediarlo?
Para superar esta situación de desgaste es muy importante escuchar las emociones que pueden estar bajo esta insatisfacción emocional. ¿Tienes sensación de soledad en los espacios compartidos con tu pareja? ¿Sientes que tienen problemas de comunicación?
Toma la iniciativa de proponerle planes a tu pareja y recuerda que para resolver las discusiones de pareja, es muy importante no tener siempre la razón, sino encontrar soluciones que sean beneficiosas para los dos. Pero sobre todo, no olvides: el amor en una relación de pareja no es lineal. Se viven ciclos de mayor acercamiento y otros de distanciamiento.