1. Evita ser una persona dependiente y “adicto afectivo”: La necesidad de estar con alguien, sentirse amados o la urgencia de una relación puede generar dependencia, control, celos y hasta obsesión. Esto bajo ninguna circunstancia es sano. Precisamente las personas que son adictas afectivas necesitan su “droga”. No importan los efectos secundarios, no importa el dolor o esa lenta autodestrucción personal. No dejemos nuestra vida en manos de las demás personas, lamentablemente el apego produce eso precisamente, perder el control.
4. Cuidado con los amores infantiles y egocéntricos: ¡Aguas con los berrinches, las manipulaciones y el egoísmo! Una relación sana es aquella en la que hay reciprocidad, respeto y armonía, en la que los miembros de la pareja no necesitan ser cuidados como niños, sino que son adultos independientes compartiendo momentos, detalles y cariño. Es dejar a un lado el egoísmo y pensar en ambos.
5. Conviértete primero en la persona que quieres encontrar: Y más que eso yo diría: “Ámate primero”. Sólo amándonos nos damos cuenta de los errores que hemos cometido, de lo que hemos dejado pasar y de lo que nos hace bien o mal. Dejemos a un lado eso de que: no podemos vivir sin esa o aquella persona, eso no es cierto; si permitimos que eso nos afecte, podríamos entrar hasta en cuadros de depresión, angustia y ansiedad. Al convertirnos en personas felices, fuertes, valientes e independientes, llamaremos lo mismo.
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