Hace cuatro años, amputada su pierna derecha luego de un cáncer óseo, Jerris Madison, fotógrafo de moda habituado al glamour y a las Fashion Week, trataba de acostumbrarse a llevar una prótesis de “barra de titanio” toda su vida.
Pero en 2016, los diseñadores de una pequeña empresa canadiense, Alleles, que habían visto una foto suya con su prótesis en Instagram, le enviaron uno de sus oculta-prótesis “cool” para que lo probara.
“Cuando abrí la caja, creí que había llegado Navidad”, relató Madison, de 45 años. “Antes la gente me miraba y sabía que tenía una amputación. Me molestaba. Ahora me ven como si fuera arte ambulante. Eso me devolvió la confianza”.
Madison no es la única persona discapacitada cuya vida mejoró en los últimos años gracias a nuevos productos que son a la vez chic y adaptados a las necesidades de los usuarios.
“Hay una explosión de diseños que son muy funcionales y estéticamente deseables para la gente que tiene todo tipo de dificultades”, señala Cara McCarty, curadora de una nueva exposición en el museo Cooper Hewitt de diseño, que presenta hasta setiembre una veintena de productos emblemáticos de esta evolución.
Jerris Madison también espera “contribuir a cambiar las mentalidades”, mostrando al mundo sus oculta prótesis de última moda a través de Instagram.
Con información de AFP