El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, discutió este miércoles en la Casa Blanca con sobrevivientes y familiares de víctimas de tiroteos la posibilidad de permitir profesores armados en las escuelas para evitar matanzas como la de la semana pasada en un liceo de Florida.
Trump dijo que la idea será analizada “con rigor. Mucha gente estará en contra y pienso que mucha gente estará a favor, pero lo bueno es que habrá mucha gente del lado de esa idea” porque “podría muy bien resolver nuestro problema”.
En una sorprendente reunión, el mandatario también prometió que su gobierno tomará medidas para hacer un “control rigoroso de antecedentes” a aquellos que quieran comprar un arma de fuego.
Trump recibió este miércoles en la sede presidencial a sobrevivientes del tiroteo en el colegio de Florida así como familiares de víctimas de varios episodios similares, para una emotiva reunión en la que se relataron desgarradoras historias.
En un momento de la reunión Trump preguntó a sus interlocutores si alguien tenía alguna sugerencia que hacer, y la idea de tener armas en las salas de clase surgió, paradójicamente, del padre de una alumna que sobrevivió a la masacre en Florida.
“Una posible solución, que puede no ser muy popular, sería tener en las escuelas profesores o personal de administración que voluntariamente tengan armas trancadas en las salas de clase y quienes reciban entrenamiento”, dijo Frederick Abt.
De inmediato, Trump apuntó que la iniciativa “sólo funciona si tenemos gente adepta a usar armas de fuego, y tenemos muchas. Serían profesores y entrenadores”.
“Porte encubierto”
“Esto sería obviamente para personas adeptas a manipular un arma. Y sería con porte encubierto”, reforzó, para sugerir que quienes provocan esas matanzas se aprovechan de que las escuelas son “zonas libres de armas”.
En la visión del presidente estadounidense, “si estos cobardes saben que la escuela está bien protegida (…) probablemente no irían a una escuela, para empezar. Pienso que podría muy bien resolver nuestro problema”.
En ningún momento de la reunión se discutieron planes para obstaculizar la comercialización generalizada de armas pesadas o la prohibición de armamento pesado.
Nicole Hockley, que perdió un hijo en la matanza de la escuela primaria de Sandy Hook, en 2012, comentó que la idea de armar profesores “no es algo que yo apoyaría. Prefiero armarlos con el conocimiento para prevenir estos actos”.
Poco antes, Trump había prometido que además de reforzar los chequeos de antecedentes, su gobierno pondría también “más énfasis en la salud mental, y vamos a hacer muchas otras cosas”.
Con información de AFP y Voz de América.