“Cumplí los 29 años durante mi primer viaje a Etiopía, enfermo, con fiebre alta y diarrea. Aún no sabía que aquel sería mi hogar. Entonces yo era lo que llamaban ‘un abogado de éxito'”. Así arranca la primera página del viaje que llevó a un tipo con ‘la vida resuelta’, casa propia, BMW y reloj caro a abandonarlo todo y comenzar de cero en algún lugar de África.
Su nombre, Paco Moreno, autor del libro ‘Mi lugar en el mundo’, la novela autobiográfica ganadora del premio Feel Good que entregan la Obra social ‘La Caixa’ y Plataforma Editorial.
La primera vez que Moreno viajó a la tierra color ébano, lo hizo como voluntario. Mochila al hombro, marchó al país en el que nace el Nilo Azul. África se cruzó en su camino y nada volvió a ser lo mismo. “Por aquel entonces ganaba bastante dinero. Todo me iba viento en popa. Sentía que era un privilegiado y que tenía que hacer algo por los demás”, cuenta el escritor de la novela.
Y así fue. En 2005, después de varios aviones de ida y vuelta, Moreno fundó la ONG Amigos de Silva, una asociación que busca mejorar las condiciones de vida de las personas que habitan en países subdesarrollados y sensibilizar al primer mundo.
Dejar de lado su plaza como profesor en la Universidad Complutense de Madrid y el despacho de abogados en el que resolvía pleitos que, incluso, aparecían en la televisión, fue el precio que Moreno tuvo que pagar para encontrar ‘su lugar en el mundo’. “Me di cuenta de que el dinero no lo era todo. Me llevé una maleta y me sobró el 90% del equipaje”, explica el cooperante: “Que ¿qué conservo de mi vida antigua? Una visa oro. Eso sí, duermo perfectamente. No echo de menos absolutamente nada”.
Los proyectos que Amigos de Silva tiene actualmente en marcha se desarrollan en la región de Afar, la más pobre y necesitada Etiopía. Allí, Moreno y su equipo trabajan en la construcción de hospitales y centros de salud, en proyectos nutricionales para los más pequeños, en la prevención de la malaria y en la creación de pozos de agua potable. “Nuestra meta es que los habitantes de estas tierras desérticas no tengan que recorrer kilómetros para beber agua. Entonces, tal vez puedan ir a la escuela. La educación es el único arma para escapar de la pobreza”, explica el autor de ‘Mi lugar en el mundo’.