Andreas Graf perdió a su esposa repentinamente justo cuando a su hijo de 3 años, le diagnosticaron leucemia.
El viudo de 36 años tuvo que tomarse todas sus vacaciones anuales en una planta de ensamblaje de Alemania, para cuidar de Julius.
El padre temía perder su trabajo por haber agotado todos sus días libres, pero sus compañeros mostraron un gesto de solidaridad.
La gerente de recursos humanos de la empresa llamó a los trabajadores a que donaran de forma voluntaria horas de trabajo a nombre de Andreas Graf, los 650 empleados de la fábrica, incluso, que ni lo conocían decidieron dar horas extras en su nombre.
En total fueron más de 3 mil 300 horas extras, para que Andreas pudiera cuidar de su hijo.
“Sin esta tremenda ayuda, ya me habría quedado sin trabajo”, declaró el padre al diario Metro, quien aseguró que tras sesiones de quimioterapia, Julius ha recuperado su vida normal.
Con información de Metro