1. De los mejores se aprende:
¿Qué hace que los buenos oradores? Busca las últimas charlas TED (Bajo el lema “Ideas dignas de difundir”, ideas worth spreading, en inglés, organiza numerosas conferencias popularmente conocidas como TED talks) y presta atención a los ademanes, hábitos y comportamientos de los presentadores y trata de incorporarlos.
2. Empoderarse del tema:
Conocer íntimamente el tema, qué dirás y cómo vas a decirlo es imprescindible. Saber de lo que se habla es una de las mejores maneras de aplacar los nervios. Improvisar no es una buena idea., aunque de ser necesario se recomienda seguir la corriente y ser espontáneo.
3. Practicar el discurso:
Una vez que tu presentación esté armada, revísala y luego, revísala de nuevo. Cada vez que repitas tu presentación te sentirás más cómodo, y la idea de llevarla a cabo frente a una audiencia será menos íntimidante. Practicar frente a un espejo o alguna persona de confianza también es un buen ejercicio.
4. Tener “Plan B”:
Pensar en “qué puede pasar si…” genera ansiedad. “¿Qué pasa si el computador no reconoce la presentación de PowerPoint?”, “¿Qué pasa si alguien interrumpe constantemente?” y “¿Qué hago si el proyector no funciona?” son alguna de las interrogantes que pueden sembrar el pánico en cualquier orador.
Es por esta razón que debes crear planes de contingencia y así estar más preparado si ocurre lo peor, aunque probablemente no ocurra.
5. Revisar las herramientas:
Debemos con antelación chequear que el micrófono y verificar que funcione, que el proyector proyecte o que la iluminación sea la correcta. En caso de que algo falle, sonríe y trata de mantener la compostura mientras tú mismo u otros se encargan del problema. Lo más importante es cómo reaccionas.
6. Cuida tu imagen
Por mucho que el contenido de la charla sea lo más importante, tu apariencia personal no lo es menos. Cuanto más prolijo y profesional sea tu aspecto, más confianza sentirás frente a la audiencia y ellos hacia tí.
7. No te excuses
Prepárate lo suficiente para poder hablar en público sin tener que dar excusas como que al comienzo de la presentación digan cosas del estilo “Perdón, es que estoy nervioso” o “No soy bueno en esto”. Si puedes evitarlo, mejor.
8. Emplea los recursos visuales como apoyo
Contar con una buena presentación de PowerPoint e incluso proporcionar material a la audiencia te quitará un poco de presión, ya que los ojos del público no estarán siempre posados en ti y tendrás algo en qué basarte si te quedas en blanco.. Las diapositivas no deben contener exceso de texto, los recursos visuales son un apoyo extra, no una muleta. Los gifs para descansar la pantalla son fantásticos para que la audiencia no se desenganche del tema.
9. Háblale a una persona a la vez:
La mejor manera de superar este miedo de estar frente al público, es hablarle a una persona a la vez.
Elige tres personas del público y alterna tu mirada entre ellos, como si estuvieran teniendo una conversación en un café. Y míralos a los ojos.
Lo más importante: no te quedes mirando al piso, al cielorraso ni a tus apuntes, esto demostrará que no estás lo suficientemente preparado ni tienes confianza en lo que dices.
10. Incorpora tu opinión personal
Lo que hará la diferencia en tu presentación es lo que tú le puedas aportar desde tu experiencia y conocimientos personales. Al momento de dar tu discurso, intenta incluir, ocasionalmente, algunos pensamientos, anécdotas y opiniones propias. Compartir un poco de ti en la presentación, hará más interesante el momento a los ojos del público.
11. Habla claro:
Intenta hablar de forma pausada y clara, incluso un poco más lento de lo normal.
13. Sé conciso:
Ten claro qué es lo que se espera de tu presentación y respétalo.