El sujeto llevó el caso a los tribunales luego de que no aguantara más a su suegra de 78 años. Dijo que la gota que derramó el vaso fue la repentina aparición de la suegra en su cuarto usando solo su ropa interior un sábado en la mañana, cuando estaba en la cama con su esposa.
Ella en otra ocasión reacomodó los calcetines, ropa interior y camisas en su guardarropa y se metió al baño donde él se estaba secando luego de una ducha. “Para mí eso ya fue suficiente”, dijo a la corte.
En su alegato el hombre dijo: “le cocino el desayuno, la comida y la cena sin falta (a su suegra). Le cocino sus platillos favoritos, triffle de jerez (un postre tradicional inglés) y ella siempre se sirve el resto de jerez para sí misma”.
La corte supo también que el matrimonio se había dañado irreparablemente debido a cuestiones financieras, pero sobre todo a la presencia de la suegra en la casa que ha sido una fuente continua de tensión en meses recientes.
La mujer contraatacó al pedir una orden de seguridad contra su esposo pero la juez negó su procedencia. Otro de los puntos que señaló el hombre fue un incidente la noche de Navidad cuando él veía un concierto de Tommy Fleming en la televisión.
“Me serví una copa como a las 11:45 de la noche y su madre simplemente irrumpió despotricando por la televisión encendida. Me sentí muy ofendido, esta mujer es un huésped en mi casa”.
La mujer había estado por temporadas en la casa durante varios años y desde junio ya no se movió de ahí. El hombre dijo que no tendría ningún problema si la mujer fuera tres o cuatro veces al año y se quedara tres o cuatro semanas.
“Pero la cuestión es que es una huésped. Ella no puede, lo siento, pero no puede levantarme la voz y decirme qué puedo y que no puedo ver en mi televisión”.
“Lo siento, pero si ella puede hacer este tipo de cosas, entonces algo está terriblemente mal con la sociedad”. Agregó que debido al carácter de su suegra, ella es una mujer “excepcionalmente difícil”.
También se quejó de que había gastado más de 1,000 dólares en plantas y que su suegra las sacó todas porque no le gustaban y las tiró a la basura. Aseguró que nunca ha tratado mal a su suegra y que cada vez que regresa de un viaje de trabajo le lleva un perfume nuevo y a su esposa un vestido de 800 dólares.
Su abogado dijo a la corte que la mujer causa demasiados problemas y se convirtió en una huésped disruptiva. La corte desestimó los alegatos de la esposa diciendo que era un hombre violento por no encontrar evidencias en su contra. Aún no se ha dictado sentencia sobre la demanda.