Si no soportas los ruidos de alguien jugando con un lapicero, masticando fuerte o zapateando el suelo, te tenemos noticias: sufres de misofonía
La diferencia entre el sonido y el ruido es la falta de una armonía en el segundo, es decir, que ambos son estímulos auditivos pero el sonido es placentero y el ruido no. Sin embargo, las personas que sufren de misofonía no solo encuentran molestos algunos ruidos cotidianos, sino que tienen reacciones bastante negativas ante los mismos.
Misofonía literalmente significa “odio a los sonidos” sin embargo no son todos los sonidos los que provocan que quienes sufren de este tipo de sensibilidad acústica sufran de este tipo de irritación. Son sonidos específicos los que usualmente disparan la reacción negativa en los individuos mosofónicos. Algunos de estos son: el sonido de los labios chasqueando, el jugueteo constante con el mecanismo de un lapicero retráctil o el golpeteo constante de dos objetos.
El tratamiento
Aunque no existe una droga que logre disminuir los efectos negativos de estos ruidos, las personas que sufren estrés a causa de los mismos han encontrado una serie de técnicas que les ayudan a adaptarse al entorno y adaptarse para evitar las molestias.
- Audífonos: Los distractores como la música pueden ser grandes aliados a la hora de evitar tener un ataque producido por sonidos indeseables
- Tapones: Los tapones cubren el canal auditivo y evitan que el sonido se cuele, limitando el nivel de exposición sin enmascarar un ruido con un sonido. La idea acá es poder gozar del silencio.
- Distancia: Buscar un lugar un poco retirado de la fuente de ruido es una solución inmediata siempre que esto sea posible. Busca el rincón más silencioso de un restaurante o bar.
- Meditación y relajación: Ambas técnicas son eficaces en el manejo y reducción del estrés. Busca practicar yoga o haz ejercicios de respiración.
- Busca apoyo: Aunque muchas veces pareciera que sí, no estás solo en este trayecto. Es importante que busques apoyo de otras personas que puedan estar bajo las mismas condiciones, así como también de profesionales.
- Ábrete a tus círculo cercano: No hay nada malo en ti. Es importante que seas honesto y franco con tus amigos cercanos y familiares. Cuéntales de tu situación y ellos serán comprensivos contigo y te ayudarán a lidiar con ella.