La tía de una mujer que murió bajo custodia policial arrojó sus cenizas en la cara de un jefe de la Policía de Los Ángeles, California, Estados Unidos.
Wakiesha Wilson, de 36 años, fue encontrada muerta dentro de su celda en el Centro Metropolitano de Detención de Los Ángeles en 2016, la Policía aseguró que se trató de un suicidio.
Pero su familia ha rechazado esa hipótesis y ha acusado a los agentes de policía de mentir acerca de cómo murió.
Durante una reunión de la Comisión de Policía de Los Ángeles, la tía de Wilson, Sheila Hines-Brim, caminó hacia el banco y arrojó un puñado de una sustancia blanca y polvorienta hacia Charlie Beck, jefe de la policía de Los Ángeles.
“Eso es Wakiesha” dijo Hines-Brim mientras se alejaba.
El jefe de la Policía ordenó a un oficial que arrestara a Hines-Brim, lo que provocó que otros asistentes se pusieran de pie y comenzaran a gritar.
La reunión terminó bruscamente, y la sala se despejó.
“Utilicé sus cenizas para que puedan estar con él, para que pueda sentirla, porque él la asesinó”, dijo Hines-Brim después de recuperar su libertad.
Arresto
Wilson fue arrestada el 26 de marzo de 2016, luego de que fue acusada de agredir a un paciente en un hospital de Los Ángeles, dijo la policía.
A la mañana siguiente, la encontraron inconsciente en su celda de la cárcel.
Un informe forense dijo que se había ahorcado.
Su muerte desencadenó las protestas de su familia y activistas de Black Lives Matter, algunos de los cuales dijeron que Wilson no se suicidaría y creían que murió en un altercado que involucraba a oficiales.
Con información de New York Post