¿A quién no le gusta leer chisme de famosos? No eres el único. Saber sobre las infidelidades de las Kardashians, o de los dramas familiares de un conocido es un placer culpable que no a todos les gusta admitir, pero que muchos tienen. Tendemos a pensar en que hablar por la espalda de los demás es algo malo, pero según la ciencia los humanos estamos hechos para ser chismosos.
Los científicos evolutivos creen que el chismorreo cumplía una función muy importante en las primeras comunidades. Una de las teorías más populares y aceptadas fue de Robin Dundar, antropólogo y profesor de Oxford, que realizó un estudio sobre las conversaciones humanas en 1997 y descubrió que el 65 % de lo que las personas hablan en los espacios públicos son chismorreos.
Su teoría consistía en que, a medida que los grupos humanos pasaron de ser comunidades de recolectores y cazadores a sociedades más sofisticadas, el chismorreo funcionó como una forma de comunicar normas sociales de una forma efectiva y poco costosa. Básicamente, hacía que las personas cuidaran su comportamiento.
En una entrevista con Tonic, Dundar explicó que:
«Algunas personas se aprovechan de la buena voluntad de los otros, y si se les permite seguir así puede resultar en el colapso de la sociedad. Ese comportamiento debilita la confianza en la que se basa la vida social. Sin chismorreo, tendríamos dificultad en mantener la cohesión de nuestros grupos sociales grandes».
Para el experto el chismorreo no es algo malo, sino todo lo contrario. Puede hacer que las personas se comporten, pero también, según el psicólogo social Roy Baumeister, es la forma de saber si alguien es peligroso o poco confiable. Por eso es que los chismes más buscados tienden a ser sobre cosas negativas, está engranado en el ser humano: es más útil que nos adviertan sobre los peligros que sobre las personas buenas. Por otra parte, él también explicó que el chismorreo negativo también sirve como una advertencia para no repetir los comportamientos negativos.
En definitiva, el chismorreo cumple dos funciones importantes: regula el comportamiento de los individuos y enseña a los demás a no repetir los actos de alguien que se desvió de las normas sociales. Hoy en día parece que solo sirve para hablar de los demás y que no tiene un propósito claro, pero las páginas de Internet para calificar restaurantes u hoteles son solo herramientas modernas para compartir chismorreos que son tan antiguos como la humanidad misma.