Los aficionados de la Juventus han dicho adiós a su gran capitán, la leyenda del fútbol Gigi Buffon. Un Allianz Arena lleno hasta la bandera emocionó al mítico portero ya desde el calentamiento que abandonó con los ojos vidriosos.
Al terreno de juego saltó con su pareja, Ilaria D’Amico, el hijo de ambos, Leopoldo Mattia, y con los dos descendientes del italiano con su exmujer, Alena Seredova, Louis Thomas (nombre en honor de su ídolo Thomas N’Kono) y David Lee. El ambiente también fue especial para otro veterano bianconero, el suizo Stephan Lichtsteiner, que finaliza contrato a final de temporada y que, por lo visto en el estadio juventino, no renovará.
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Ambos se abrazaron y rieron cuando el lateral casi se mete un gol en propia puerta en los primeros minutos del partido contra el ya descendido Verona, un partido que era lo de menos este sábado.
Buffon sonrió como casi siempre durante su último partido con la Juventus y no dejó de mirar y dedicar gestos de agradecimiento a la grada desde la portería que ha defendido por 17 años. Rugani y Pjanic avanzaron al campeón y el árbitro obvió un penalti en el 60’ del propio Buffon al brasileño Matos, que protestó la acción.
El árbitro Riccardi Pinzani, sin nada en juego, no lo pitó. Poco después Allegri decidió hacer el cambio del ídolo que pudo despedirse así con la portería a cero. Emotivo abrazo con Barzagli primero y el resto de sus compañeros después. También con algunos rivales.
La despedida de un grande, así se despidió @gianluigibuffon de la @juventusfces ? pic.twitter.com/zSpmSAwpfb
— Imagen Deportes (@ImagenTVDeporte) 19 de mayo de 2018
Pasillo del banquillo y cuerpo técnico de la Juventus, lágrimas en los ojos de aficionados y otras leyendas de la ‘vecchia signora’, como Pavel Nedved, presentes en la grada hasta que entre lágrimas Supergigi, Buffon, la leyenda del fútbol, dijo adiós a la Juventus sin saber muy bien qué hacer.
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Lo primero, sentarse en el banquillo, volver a sonreír y aplaudir las canciones de la grada como un seguidor más. Después dar la vuelta al estadio, con el partido aún en juego y el 2-1 de Cerci en el marcador, saludando a todo aquél que le tendía la mano antes de empezar la fiesta de celebración por el Scudetto y ampliar la despedida a las calles de Turín. (Toribio Blanco/Mundo Deportivo).