La rutina es previsible y cómoda, pero también resulta poco sorprendente. Estos son motivos por los que merece la pena salir de esta monotonía.
Crecimiento
Si no te das la oportunidad de experimentar más allá de su zona de confort, entonces, creas un mapa de realidad muy reducido. Así como viajar y descubrir nuevos destinos es una agradable forma de turismo, igualmente, viajar más allá de la zona de confort propicia un crecimiento interior inagotable.
Aliciente de ilusión
El factor sorpresa produce de manera directa este componente cuando se trata de un asunto agradable. Al romper la rutina te emocionas de manera anticipada al imaginar esos cambios que vas a experimentar.
Mantener vivo el amor
La vida es dinámica aunque en el caso de una relación estable existe una base sólida que permanece frente a tantas novedades. Gracias a esta actitud proactiva por crear nuevas rutinas que complementan las vivencias fácilmente reconocibles por ambos, esta historia de amor crece y evoluciona en el tiempo porque no quedáis estancados en cómo son las cosas sino que potenciáis vuestra creatividad para dar forma a la realidad tal y como puede llegar a ser.
La vida te obliga a salir de la rutina
Puedes dar la espalda a la realidad y pensar que puedes vivir en una rutina fija durante todos los días de tu vida. Sin embargo, la vida es cambio. Solo tienes que observar las fotografías de tu álbum para darte cuenta de todas las novedades que han ocurrido en tu trayectoria vital. Por ello, salir de la rutina te ayuda a tener una mejor adaptación al cambio.
Diferente manera de hacer las cosas
El cambio no solo puede venir impuesto por un suceso totalmente inesperado. En otras muchas ocasiones, el cambio remite al hecho de hacer las cosas de manera diferente a como las venías haciendo hasta ahora.