Existen ciertas claves que se deben conocer y aprender para identificar a un manipulador emocional:
Muestran sus puntos fuertes: Adoran mostrar sus puntos fuertes y sus proezas. Raramente son personas tímidas.
Manipulan los hechos: Como mentir, ponerse excusas, culpa a la víctima, deformar la verdad, retener información, exagerar.
Elevan la voz y muestran emociones negativas: Algunas personas levantan la voz durante las discusiones como una forma de manipulación agresiva. La suposición puede ser que si proyectan su voz en voz alta o muestran emociones negativas les darán lo que quieran. La voz agresiva se combina con frecuencia con el lenguaje no verbal agresivo.
Usan el miedo y la culpa: Son maestras en el chantaje emocional: utilizan las necesidades de afecto y aprobación del manipulado para amenazar con retener o eliminar ese afecto, o peor incluso, para hacer sentir al manipulado que debe ganarlo. Tienen predilección por la utilización de tres herramientas: el miedo, la obligación y la culpa.
Son inseguras: Suelen ser sumamente inseguras. A pesar de ello, tratarán de mostrar todo lo contrario: utilizarán actitudes egoístas y dominantes para encubrir sus temores.
Se hacen la víctima: Ejemplos: problemas personales exagerados o imaginados, problemas de salud exagerados o imaginarios, dependencia, mostrar fragilidad para suscitar simpatía y favores.
Dan poco tiempo para decidir: Esta es una táctica común en ventas y negociación, en la que el manipulador presiona para tomar una decisión antes de que la otra persona esté lista.
Muestran silencio: Al no responder llamadas telefónicas, mensajes de texto, correos electrónicos u otras consultas, el manipulador intenta mostrar poder.
No son responsables: Tienden a responsabilizar a los demás de las culpas que les corresponden.
Detestan recibir un no por respuesta: Detesta recibir un “no” como respuesta. Así, cuando intentes resistirte a los intentos de persuasión de un manipulador, podrás observar que no responderá elegantemente, tal como normalmente hace. Podría incluso llegar a perder los papeles incluso faltando al respeto, insultando o amenazando.
Viven centrados en si mismos: No están centradas en lo que pueden ofrecer o cómo pueden ayudar. Podrás observar que estas personas viven centradas en sí mismas y parecen no conocer el significado de la palabra reciprocidad.
Siempre hablarán de sí mismas y raramente preguntarán desinteresadamente cómo estás o si necesitas algo. Además, te darás cuenta que, a medida que les vallas “haciendo favores”, jamás te lo agradecerán a menos que sea para que hagas algo más por ellos.