Según informó El Club de la Mitjanit de TV3, la directiva del Barcelona está “disgustada” con Gerard Piqué. El sentimiento se extiende a buena parte de la masa social, que no entiende cómo el central ha participado a través de Kosmos Studios, productora que preside, en el documental La Decisión en el que Griezmann ha anunciado que se queda en el Atlético de Madrid. Parte de la Junta que preside Josep Maria Bartomeu considera que se ha excedido, especialmente en su manera de publicitarlo en las redes sociales. Piqué aplaudió y pidió palomitas de maíz para ver un documento en el que el francés Griezmann admitía conversaciones públicas con el Barcelona, dejaba mal al club azulgrana y, finalmente, lo dejaba en la estacada. Samuel Umtiti, compañero de Piqué en el Barça, de Griezmann en la Selección y representado por Arturo Canales, el mismo agente que el del canterano, se sumó a la fiesta de palomitas. Eso ha encendido a la directiva de Bartomeu, que de momento no tiene previsto hacer ningún comunicado pese a que aparece explícitamente citado en la decisión.
No es la primera vez que Piqué, que luego intentó justificarse con un tuit a última hora de la noche (“habrá gente que lo criticará, porque todo lo nuevo puede generar rechazo. Pero la reflexión más importante que deja la #LaDecisión es que a veces, no todo lo que os venden es cierto”), está en medio de una decisión de tanto peso en el Barça. El año pasado no tuvo problema en fotografiarse con Neymar anunciando el famoso “se queda”, para luego decir en una rueda de prensa que él ya sabía que el brasileño se iba antes de la famosa foto.
Es la segunda vez que Piqué, de manera intencionada o no, deja en mal lugar en la directiva. Su comportamiento es juzgado como demasiado ligero por un sector importante de la afición azulgrana y muchos han vuelto a poner en cuestión la oportunidad de que sea nombrado capitán este verano. Las marchas de Mascherano e Iniesta durante el año le convierten teóricamente en capitán desde este verano pero habrá que ver cómo organiza Valverde las mismas y cómo reacciona el vestuario. En las oficinas, desde luego, no ha gustado nada que vuelva a dejarlos en evidencia en un momento especialmente delicado para un equipo que tiene que redefinir sus objetivos con vistas a la próxima temporada.