“Vamos a volver a hacerlo, la sorpresa será ‘tica'”, aseguran aficionados costarricenses que viajaron hasta la ciudad rusa de Samara, a orillas del Volga, para presenciar el debut de su selección en el Mundial de 2018 frente a Serbia.
Regresar a los cuartos de final es el sueño de muchos de ellos, la última gesta que le piden a la extraordinaria generación que hace cuatro años en Brasil alcanzó contra pronóstico dicha ronda.
“Es la última camada de los que estuvieron en Brasil, para este Mundial están demasiado viejos, no estarán en las próximas eliminatorias, les pedimos un último esfuerzo”, asegura un aficionado que viajó desde San José para alentar a la selección.
Un grupo de hinchas dio colorido a la previa del partido disfrazados de huevos, una metáfora de lo que creen que debe ponerle el combinado de Óscar Ramírez.
“Con huevos estamos invictos en los Mundiales, no se juega bonito, se juega con huevos”, aseguran.
Los “Oé, oé, ticos, ticos” resonaron en un estadio nuevo, construido para la ocasión y con capacidad para 45.000 espectadores.
Sus gritos se oyeron en particular cuando en el césped se desplegó la bandera azul, roja y blanca de Costa Rica.
La camiseta de Keylor Navas fue la preferida por los aficionados, algunos de los cuales llevaban una careta del guardameta del Real Madrid.
Samara, cuna de la carrera espacial rusa, puede servir también de trampolín para las aspiraciones de Costa Rica en un Mundial, donde las expectativas están altas.
El duelo contra Serbia se antoja clave en el grupo E para los “ticos”, que en la siguiente jornada jugarán contra Brasil. EFE