Dos menores de edad murieron víctimas de balas perdidas en menos de 24 horas en Río de Janeiro, en medio de diferentes enfrentamientos entre la policía y las bandas que controlan el tráfico de drogas en las favelas, denunció hoy una organización no gubernamental.
Con los dos nuevos casos se eleva a ocho el número de menores muertos por balas perdidas en lo que va de este año en Río de Janeiro y a 50 los registrados en los últimos 12 años, según las estadísticas de Río de Paz, organización vinculada al Departamento de Informaciones Públicas de la ONU.
Los ocho casos en menos de seis meses este año se aproximan a los diez que fueron contabilizados en todo 2017, lo que muestra el recrudecimiento de la violencia en Río de Janeiro, estado en el que el Gobierno decretó una intervención militar que puso el control del orden público en manos del Ejército.
Una de las últimas víctimas fue Marcos Vinicius da Silva, un adolescente de 14 años que fue alcanzado por una bala perdida el miércoles cuando se dirigía a una escuela pública en medio de una operación policial que terminó con seis supuestos narcotraficantes muertos en Maré, el mayor complejo de favelas de Río.
Da Silva quedó gravemente herido y fue trasladado a un hospital, en donde murió en la madrugada de este jueves.
La otra víctima fue Guilherme Henrique Pereira, otro adolescente alcanzado por una bala perdida cuando estaba en Vila Vintém, una favela igualmente en la zona norte de Río de Janeiro y que también fue escenario de un tiroteo entre la Policía y narcotraficantes.
“Las muertes de niños víctimas de balas perdidas en las favelas en consecuencia de los enfrentamientos entre policías y narcotraficantes o por las disputas por el control territorial entre bandas criminales rivales es la cara más hedionda de la violencia en Río de Janeiro”, aseguró el presidente y fundador de Río de Paz, Antonio Carlos Costa.
“Niños y niñas pobres están pagando el precio de una historia en la que no tienen parte. Son los más vulnerables y por cuya seguridad el Estado debería demostrar celo redoblado. Ese histórico de muertes es prueba de que al Estado poco le importa el destino de esos menores. En Brasil el habitante de la favela es matable”, agregó el militante de los derechos humanos.
En el caso ocurrido en Maré el miércoles, los familiares culparon a la Policía por la muerte del adolescente y dijeron que algunos testigos vieron cuando el menor fue alcanzado por disparos hechos desde un blindado del Ejército.
La operación realizada por la Policía Civil contra los narcotraficantes en Maré contó con el apoyo de dos blindados del Ejército en el marco de la intervención militar en Río de Janeiro.
Los familiares dijeron igualmente que la Policía impidió que una ambulancia llegara hasta el lugar en que estaba el adolescente para recogerlo y trasladarlo a un hospital.
Tras la operación del jueves, la Defensoría Pública de Río de Janeiro solicitó a la Justicia que prohíba a la Policía realizar disparos desde helicópteros en operaciones en las favelas, ya que testigos igualmente relataron los tiros hechos desde una aeronave que hizo vuelos rasantes sobre la favela durante el operativo.
“Es inaceptable y repugnante ver un helicóptero desde el que se dispara contra una comunidad llena de inocentes”, aseguró el fundador y director de la ONG Luta pela Paz, Luke Dowdney.
La operación fue realizada en el marco de la intervención militar decretada en febrero por el Gobierno.
La intervención busca frenar la ola de violencia que se desató tras la celebración de los Juegos Olímpicos de 2016 y que tan sólo el año pasado causó 6.731 muertes en Río de Janeiro, entre ellas más de 100 policías.