Los 126 políticos asesinados durante el actual proceso electoral mexicano indican que los actores políticos en este país solucionan sus diferencias políticas mediante el uso de violencia y no mediante la vía de la democracia.
La falta de cultura cívica, una pésima planeación de los comicios, conflictos entre partidos y al interior de los mismos, el populismo punitivo y la falta de seguridad han provocado que la violencia política se haya vuelto “prácticamente imparable”, indicó a Efe el director de la consultora Etellekt, Rubén Salazar.
Para Salazar, quien presentó hoy su sexto informe de Violencia Política, esta situación podría continuar en lo que resta de la campaña e incluso en la jornada electoral del próximo domingo.
“La democracia ha dejado de ser la herramienta para dirimir diferencias en la competencia política”, expuso.
Se está empleando la violencia “como el recurso más efectivo para obtener un cargo público y hacer a un lado en la contienda a aquellos aspirantes que integran la oposición”, añadió.
El estudio contabilizó, desde que inició el proceso el pasado 8 de septiembre y hasta hoy, 510 agresiones directas, con 126 políticos asesinados, 19 de ellos candidatos y 28 precandidatos.
Según Salazar, dichas cifras indican que en México se abrió un proceso donde los partidos que actualmente gobiernan en diferentes entidades “a través de la violencia han tratado de reducir al mínimo a sus rivales, a tratar de hacerlos a un lado”.