El acné es una enfermedad de la piel que afecta al 70 % de los jóvenes a nivel mundial y que, de no atenderse correctamente, deja cicatrices que afectan la autoestima, afirmó a Efe Susana Canalizo, secretaria de la Federación Mexicana de Dermatología.
“Su mayor incidencia es entre los 13 y 25 años de edad y afecta a ambos sexos, aunque es más severo en varones. Es un padecimiento crónico multifactorial que afecta a las personas emocionalmente”, señaló.
El acné se manifiesta con lesiones inflamatorias y no inflamatorias, que pueden ir desde las conocidas espinillas a los granos.
Según la especialista, debido a que este mal provoca un cambio en la imagen corporal, pues en muchas ocasiones se presenta en la cara, los pacientes pueden presentar baja autoestima, miedo, vergüenza, ansiedad y depresión.
“Se trata de un padecimiento crónico, con periodos en los que parece desaparecer y otros en los que se agrava y que, además, afecta la imagen, calidad de vida y estabilidad emocional de quienes lo padecen”, aseguró.
La secretaria de la Federación Mexicana de Dermatología expuso que, en adultos, afecta al 3 % de los hombres y al 12 % de las mujeres.
Aunque es más común en la adolescencia, la experta aclaró que este padecimiento puede persistir hasta los 30 o 40 años.
Canalizo dijo que es una enfermedad que surge de diversos factores, entre ellos la genética, pues quienes tienen acné muy severo tienen un padre o madre que también lo tuvo.
“Puede darse por la secreción exagerada de ácidos grasos libres producidos por el estímulo hormonal de las glándulas sebáceas, el taponamiento del folículo piloso y consecuente inflamación del mis mo, así como la presencia de bacterias”, dijo.
Esta enfermedad, detalló, se manifiesta en frente, mejillas, nariz, cuello, espalda, pecho y raras veces en hombros y glúteos.
“Se caracteriza por presentar seborrea -incremento de la secreción de grasa-, comedones (granos) abiertos o cerrados (espinillas), y abscesos de diferentes tamaños, que en algunos casos pueden ser muy grandes y confluir varias lesiones”, indicó.
Canalizo indicó que, cuando este padecimiento es crónico, debe buscarse ayuda de un dermatólogo de manera oportuna, pues es un padecimiento tratable.
“Es una enfermedad muy compleja pero por ello no cualquiera sabe tratarla. Los tratamientos dependen el tipo de acné: pueden ser retinoides aplicados o combinados con antibióticos, aunque estos no deben usarse por mucho tiempo”, dijo.
En casos muy extremos, el tratamiento puede ser a través de retinoides orales.
“En estos casos hay que tener a los pacientes bajo mucho control porque no se puede tomar alcohol durante el tratamiento y, en el caso de las mujeres, no es recomendable que queden embarazadas porque el medicamento puede producir malformaciones en el feto”, señaló.
Explicó que el objetivo de los tratamientos contra el acné es reducir la seborrea, evitar la formación de nuevos granos y eliminar los ya formados, así como disminuir las lesiones inflamatorias.
Ya una vez controlado, se busca mejorar las secuelas -manchas y cicatrices-, pero también evitar o espaciar las recaídas, sobre todo en la adolescencia, etapa en la que el acné no se cura, solo se controla.
La experta destacó la importancia de evitar creer en mitos y remedios caseros “que pueden dañar la piel de manera importante y dejar cicatrices”.
Del mismo modo, recomendó evitar exprimir los granos y el uso de productos “milagro”.
El consejo de Canalizo es lavar la cara una vez al día con jabón actiacné de PH ácido, sin abrasivos y sin alcohol, que se pueda enjuagar fácilmente.
Finalmente, dijo que siempre se debe buscar la ayuda de un especialista para el diagnóstico y tratamiento oportuno. EFE