¿Te ocurre con frecuencia que tienes mal aliento y ya ni tu perro se quiere acercar a tí? Las razones del mal aliento son muchas y aquí cubriremos la mayoría con un video final de cómo puedes eliminar una muy frecuente, pero poco conocida.
Mal aliento puede estar ligado a razones internas y externas
El mal aliento es una condición muy desagradable y vergonzosa la cual puede poner de manifiesto una condición fisiológica o bien un problema externo.
Estas son algunas de las razones externas por la cuales podrías tener mal aliento:
- Fumar. Ya sea pipa, cigarrillo o incluso cigarrillos electrónicos pueden hacer que tu boca se seque y con ello expela mal olor. Si no puedes dejar de fumar te recomendamos, de ser posible, lavarte los dientes y hacer gárgaras con cualquier enjuague bucal, de preferencia podría ser uno oxigenado para eliminar las bacterias que causan mal aliento ya que estas se mueren con el oxígeno.
- Bebidas alcohólicas. Cualquier bebida alcohólica contiene productos fermentados y azúcares los cuales producirán con tu saliva una descomposición instantánea. Así como con el tabaco, cada vez que puedas cepíllate los dientes y utiliza enjuagues bucales.
- Comidas muy condimentadas. El ajo y la cebolla son muy buenas para el organismo pero no olvides que su aroma es muy fuerte y una vez son cocinadas desprenden los ácidos y aceites propios de ellas para descomponerse y enriquecer la comida.
- Cepillarse los dientes mal. No, no nos referimos a la técnica utilizada para ello, más bien te indicamos qué los cepillos podría estar haciendo que tengas mal aliento al ya no tener una forma correcta y lastimarte las encías haciendo que estas sangren. Recuerda la sangre en la boca puede hacer que tengas mal olor al ser descompuesta por tu saliva y comenzar a crecer bacterias por ello. Lo recomendable es que cambies tu cepillo al menos cada 3 meses o bien cuando veas que las cerdas del mismo han tomado una forma estilo “cabello alborotado”. De preferencia utiliza un cepillo de cerda media, aunque si tienes encías muy delicadas tu elección debe ser cerda suave.
- Lavarse mal la boca (no es lo mismo que cepillarse). Cuando te cepilles los dientes no debes olvidar tu lengua, arriba y abajo, y las caras internas de tus mejillas, mucho menos el cielo de la boca. La mayoría de bacterias que producen mal aliento se alojan en las papilas de la lengua, así como en la dermis de tu boca, por ello debes de lavarte dichas ubicaciones con tu mismo cepillo de dientes aunque ahora la mayoría de cepillos se complementan con una superficie rugosa para este fin.
- Abusar del hilo dental o cepillo interdental – interproximal. El hilo dental es necesario, aunque si lo utilizas de forma inapropiada te correrás el riesgo de lastimarte las encías y ya sabes lo que ello significa, sangre y mal aliento, pudiendo llegar a ocurrir una gingivitis. Por ello es sugerido que antes de cepillarte utilices el hilo dental para después cepillarte los dientes y que la misma pasta y cepillo se deshagan de cualquier residuo de comida que hayas extraído por medio del hilo, así como sangre. También puedes utilizar un cepillo interdental o interproximal el cual se compone por un cepillo de dientes pequeño el cual por lo general es desechable el cual se utiliza para limpiar entre los dientes, así como entre el alambre de los aparatos dentales tales como frenos o prótesis dentales.
- No lavar tu prótesis dental. Muchas personas utilizan placas dentales o bien pequeñas prótesis para corregir la mordida, por ende están propensos al mal aliento de no limpiar las prótesis de forma regular después de su uso.
Causas internas del mal aliento
Pero no todo puede venir por descuido o dejadez, también existen razones relacionadas con enfermedad, por ejemplo, por las cuales puedes tener mal aliento:
- No comer (la eterna dieta ?). Cuando tu organismo necesita ingerir alimentos y lo privas de ello el estómago no decide también parar su actividad, por ello los ácidos gástricos trabajan con lo que tienen disponible, siendo incluso tu propio organismo, de allí las úlceras gástricas y la bendita gastritis por causa de dietas o enfermedades compulsivas como la anorexia.
- Sangrado interno. Ya vimos cómo el sangrado de encías puede ocasionarte mal aliento. Pues lo mismo ocurre cuando a nivel de tu esófago o estómago presentas lesiones y la sangre es digerida por tu organismo.
- Alimentos adheridos a tu intestino. A veces alimentos mal procesados por el organismo pueden adherirse a tu intestino provocando mal aliento, para ello debes siempre masticar bien los alimentos y beber mucha agua, esto ayudará a una mejor digestión.
- Mal proceso de evacuación y colon irritable. Cuando estás constipado y no puedes ir al baño a defecar es muy común que tengas mal aliento y que tu vientre se inflame. Además podrías tener una sensación de tener el estómago lleno, orinar con mayor frecuencia y sentirte débil. De mantener esta condición es recomendable que consultes a un médico o bien ingieras pasas o te hagas un té de ciruelas para ayudar a tu organismo a evacuar. Otra opción es beber hasta un litro de rosa de jamaica para obligar al organismo a limpiarse, así como mucha agua, sin exceder 6 litros al día ya que esto podría causarte otro problema el cual de momento no tocaremos en este artículo.
- Hígado graso. La condición de hígado graso no permite que tu centro de filtración corporal, el hígado, logre descomponer, aprovechar y asimilar los nutrientes, por ello puedes llegar a tener, incluso, mal aliento.
Por último y dentro de las razones internas más desconocidas y frecuentes de mal aliento por causa interna se encuentra la producción de tonsilolitos o cálculos en las amígdalas, si no tienes amígdalas no te preocupes por que de seguro no tendrás este problema tan común:
Los tonsilolitos se alojan en las grietas de las amígdalas y por lo general se generan de restos de comida descompuestos por las bacterias de la boca. A simple vista, cuando son muy grandes o se encuentran expuestos, son pequeños puntos blancos o de color amarillento los cuales al ser extraídos expelen un olor fétido el cual es tu “mal aliento”. Para extraerlos puedes utilizar desde tu dedo, un bastoncillo, también conocido como “hisopo” (cotton swabs) o tu mismo cepillo de dientes.
Para eliminarlo sólo debes empujarlos de forma suave pero firme sin dañar la amígdala palatina y estos saldrán de la cavidad donde estén alojados. No debes ingerirlos por que aunque no son dañinos para el organismo recuerda que es suciedad que ha estado saber por cuántos días en tu boca y ello no le va hacer ningún bien a tu organismo, aunque si te lo tragas tampoco enfermarás, de hecho la forma habitual de deshecho es por el mismo movimiento de la boca al toser, comer o beber líquidos.
Te mostramos una técnica utilizada en el siguiente video, no es nada agradable pero recuerda, eso mismo puedes tener en tu boca.