Nicaragua enfrenta una de las crisis más agudas de los últimos tiempos y bajo la atenta mirada de la comunidad internacional sus ciudadanos piden el respeto a los derechos humanos y el adelanto de las elecciones generales en el país.
El gobierno de Daniel Ortega es ahora acusado de una violenta represión contra manifestantes pacíficos mientras él argumenta que son grupos de la derecha que atentan contra la estabilidad de su administración y del país.
Ortega, quien asumió la presidencia de Nicaragua por primera vez en 1985, tras ocupar un cargo de liderazgo durante la revolución del Frente Sandinista de Liberación Nacional, se convirtió en uno de los mandatarios que ha estado en el poder por más largo tiempo en América Latina al ser instalado de nuevo en 2007.
En medio de la situación actual y uniendo sus voces a otras muchas están algunos de los miembros del Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN, como Luis Carrión, un ex comandante sandinista que es gran crítico de Ortega. En entrevista con la Voz de América expresó que la única salida para el país es su alejamiento del gobierno.
“Nicaragua, en este momento, se ha vuelto ingobernable para Ortega. La masacre cometida, las violaciones extendidas de los derechos humanos y la persecución que continúa sobre centenares de personas en todo el país, hacen que este país no pueda ser gobernado por Daniel Ortega”, afirma Carrión.