Donald Trump pidió el jueves a Turquía que libere “inmediatamente” al pastor estadounidense Andrew Brunson, detenido desde 2016 por cargos de terrorismo, advirtiendo que estaba listo para imponer “grandes sanciones” contra Ankara.
“Estados Unidos impondrá grandes sanciones a Turquía por la larga detención del pastor Andrew Brunson, un cristiano formidable, hombre de familia y maravilloso ser humano. Él está sufriendo mucho. ¡Este inocente hombre de fe debe ser liberado inmediatamente!”, escribió el mandatario estadounidense en la red Twitter, minutos después de una primera amenaza de medidas punitivas realizada por su vicepresidente Mike Pence.
The United States will impose large sanctions on Turkey for their long time detainment of Pastor Andrew Brunson, a great Christian, family man and wonderful human being. He is suffering greatly. This innocent man of faith should be released immediately!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) July 26, 2018
Brunson se encontraba encarcelado desde octubre de 2016 y un tribunal de Izmir (oeste de Turquía) había ordenado mantenerlo en prisión preventiva durante la última audiencia de este juicio, la semana pasada.
Pence advirtió este jueves que Washington impondrá sanciones a Turquía si el gobierno no toma “medidas inmediatas” para liberarlo.
“Si Turquía no toma medidas inmediatas para liberar a este inocente hombre de fe y enviarlo a Estados Unidos”, Washington “impondrá sanciones significativas sobre Turquía hasta que el pastor Andrew Brunson esté libre”, dijo el vicepresidente en una reunión ministerial del Departamento de Estado para promover la libertad religiosa.
Brunson es acusado de ser el responsable del golpe de Estado fallido del 2016
Turquía acusa a Brunson de actuar en nombre de la organización del predicador Fethullah Gülen —al que el gobierno turco considera responsable del golpe de Estado fallido de julio de 2016— y también en nombre del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK).
Ambas organizaciones están consideradas terroristas por Turquía.
Brunson, instalado en el país desde hace 20 años, también está acusado de espionaje político y militar y se expone a 35 años de prisión.
El caso ha empeorado las relaciones entre Estados Unidos y Turquía, que ya eran tensas por el apoyo estadounidense a una milicia kurdosiria y al rechazo de Washington de extraditar a Gülen, instalado en el país.